Cuando el protagonista es el señor Gordillo...
domingo 12 de agosto de 2012, 13:03h
Andan como ausentes el presidente del Gobierno, los ministros, el señor Pérez Rubalcaba
y otros que tanto aparecían por la pequeñapantalla. Esta ha sido la
'semana grande' de las vacaciones puras y duras, quizá para tomar
aliento ante lo que ha de venir en los díasinminentes. Pero la regla
inamovible es que, cuando hay huecos en la información oficial, otros
copan los titulares. Ponga usted, porejemplo, a Artur Mas, anunciando movilizaciones a favor del pacto fiscal a Cataluña. O tome usted al diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano,
de Bildu, haciendo labor presuntamente humanitaria en pro de un preso
etarra enfermo terminal (ya está Bildu en campaña electoral; por eso
estamos teniendo un verano tan tranquilo en el PaísVasco). O tome usted,
claro, al alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo...
Cuando
el protagonista de la información durante toda una semana esalguien
como el extremista señor Gordillo, centro de todos los debatesen
tertulias y cenáculos por haber ocupado ilegalmente una finca y porhaber
saqueado, dice que a favor de los pobres, un supermercado, esque algo
no va del todo bien. Por exceso o/y por defecto. Excesiva atención
judicial, mediática y de Interior al caso y defectuosa presencia de una
información oficial que supla las ansias de los españoles por saber qué
va a ser de ellos.
Y, en esos momentos de sequía comunicacional
sobre los planes gubernamentales, aparecen los sánchezgordillo del
mundo. No digo yoque Gordillo no haya acumulado las simpatías de muchos,
que palpan las diferentes varas de medir con las que se sanciona o se
premia a según quién en este país ,nuestro. Pero me parece que,
afortunadamente, la 'gesta' del eterno alcalde de Marinaleda ha
provocado el rechazo y el disgusto mayoritarios, incluso entre los
suyos, aunque haya habido desafortunadas declaraciones de tibio apoyo
que más sonaban a compromiso que otra cosa.
No creo, contra lo
que he escuchado a algunos comentaristas, que Sánchez Gordillo sea el
precurso del otoño caliente, de movilizaciones y descontentos, que se
nos anuncia. Una cosa es la protesta sindical civilizada y otra el
asalto a un supermercado y la 'okupación' de una finca. Gordillo es un
rojo de libro, de los de antes, y tiene mal encaje, pese a la coyuntura,
en esta sociedad. Pero a mí lo que me preocupa es que aquí nadie habla
de ese futuro inminente, de septiembre sin ir más lejos. O de lo que
puede ocurrir en los próximos días con el famoso rescate. O de qué les
va a ocurrir a los que ya han agotado el subsidio de desempleo y no
saben si habrá o no prórroga delos 400 euros sustitutorios.
Claro que Rajoy
y los ministros, y el secretario general del PSOE, ylos demás, se
merecen unas vacaciones tras los meses de infarto que han (hemos)
pasado. Lo malo es que no ha funcionado ningún sistema de alarmas en el
caso de la 'toma' de Mercadona. Ni nadie aclara a las decenas de miles
de parados de larga duración. Ni funciona tampoco cuando llegan noticias
contradictorias de los responsables europeoscon respecto a lo que aún
nos queda por tragar en España: ahí está elBCE, pronosticando una nueva e
importante bajada de sueldos en un país en el que el mileurista se está
convirtiendo ya en casi un afortunado.Y nada: silencio oficial con
agostidad y quizá sin alevosía.
A los mercados, los de fuera y
los de dentro, se les tranquiliza, me parece, con información completa y
veraz, y no sólamente con la sensación de que aún podemos permitirnos
unos días de descanso.
fjauregui@diariocritico.com