Auf Wiedersehen mi querida Spanien

En estos tiempos convulsos, en los que nadie en su casa quiere gastar más dinero del estrictamente necesario; en estos tiempos en los que un día sí y otro también nos levantamos con la espada de Damocles de un despido y quien mas o quien menos, teme el vencimiento de un crédito imposible de pagar, o que le surja un gasto inesperado, en estos tiempos, digo, nos estábamos olvidando de lo más peligroso de todo cuanto está pasando en nuestro país. Y lo ocurrido este fin de semana, nos ha hecho recordar quiénes somos y dónde estamos realmente.

Los "ortodoxos" o dicho de otra manera, la gente que vive en el engranaje de la política, de los cargos públicos o del sistema, llámenles ustedes como les parezca, no querían oír hablar, ni en voz baja, de un posible rescate desde Europa. Se resistían con inusitada fuerza, a que nos intervinieran. Aunque eso significase  llevarse el país por delante. Para ellos, Europa ha sido desde hace muchos años y hasta el sábado, la Arcadia feliz, el paraíso soñado para una España que, de la noche a la mañana, vio llegar dinero fácil, se creyó rica y pensó que era un regalo.

Ahora resulta que este fin de semana, la buena Europa, esa que nos ha permitido crecer durante muchos años a un ritmo frenético, que nos ha dado dinero sin restricciones, sin decirnos nada, sin reñirnos siquiera, ahora, esa misma Europa se ha dado cuenta de que hemos sido unos manirrotos; ha comprobado que hemos malgastado su dinero y de repente, ha dicho basta. De la noche a la mañana la generosa Europa ha cerrado el grifo de la financiación sin control y ha puesto el grito en el cielo al comprobar que nuestras finanzas son un saco sin fondo. Y nos ha dicho que nos ayudará con una inyección de dinero de tal magnitud, que si lo pasamos a las antiguas pesetas y lo ponemos en cifras, no cabría en este folio de lado a lado. Más deuda para pagar nuestra deuda.

Y nos lo ha dado no porque les importe mucho que nuestro país enderece el rumbo y no esté hecho unos zorros. No. Lo que pasa es que quieren cobrar todo lo que les debíamos hasta ahora y también, todo lo que les vamos a deber de aquí en adelante. Y nos van a fiscalizar desde ahora mismo, de una forma absoluta. Ya no va más.

Nuestros amigos del norte, esos que vienen en verano a nuestras playas a gastar el dinero que previamente les hemos pagado por sus automóviles, no les importa que seamos más democráticos, más limpios de espíritu, o más correctos. No. Lo único que quieren es cobrar. Lógico.

Pero amigos, no es lo único que quieren. También quieren que no vuelva a pasar lo mismo, nunca más. Y nos están diciendo que muy bien, que nos dejan seguir en el club, que nos vuelven a dar mucho dinero para que arreglemos el desaguisado que tenemos, pero a cambio, exigen que les cedamos nuestra soberanía fiscal y financiera, porque la monetaria ya la tienen. Y que empecemos a pensar en ceder también soberanía política.

Mi querida España convertida definitivamente en Spanien.

Sí, ellos, los de arriba, los que siempre han querido dominar Europa, nos han quitado ya la maquinita de hacer dinero, y ahora nos quitan el control sobre los bancos. Y nos quitaran también la capacidad impositiva en un abrir y cerrar de ojos.

Algunos pensarán que no hay mal que por bien no venga y que así eliminaremos estructuras ineficientes y deficitarias. Que también nos quitaremos representantes y políticos ineficaces. Pero amigos, esto es muy serio y con la suficiente enjundia como para que el pueblo español sepa al detalle lo que está pasando y pueda decidir democráticamente si quiere esta España disminuida en Europa, o quiere otra a España en Europa, comprometida sí, pero con dignidad y prestigio

Porque ya podemos poner el grito en el cielo o en el infierno, donde quieran. Ya podemos gritar por las redes sociales #stopMerkel. Lo que quieran. Pero esto es lo que hay y lo que viene.

Daniel MovillaTwitter: @danielmovilla