España-Duero, con más pasado que futuro

Los consejeros del Banco Caja España-Duero, como los empleados y muchos de sus clientes, viven en un ¡ay! permanente desde que el proyecto de integración con Unicaja se ha convertido en un proceso sinfín. Y aliviados, eso sí, porque ha sido precisamente este proceso lo que ha evitado que la entidad haya sido ya intervenida por el Estado.

Fue precisamente el presidente de Unicaja Banco, Braulio Medel -que es presidente de Unicaja desde 1991 y ha vivido en una permanente fusión-, quien ha puesto fecha a este largo proceso de negociaciones con España-Duero. Fue el 28 de mayo pasado, tras su institucional encuentro con el presidente Herrera en Valladolid: jurídicamente, la integración se cerrará en otoño.

¿Qué impide que Unicaja absorba ya, de una vez, a España-Duero, después de año y medio de negociaciones?, ¿qué permisos han solicitado las entidades que no hayan recibido aún? ¿O es que no han solicitado aún las autorizaciones finales?

Otra cosa no, pero ejemplos de fusiones... El calendario de constitución de Banca Cívica (recientemente engullida por La Caixa) se llevó a cabo en seis meses. En enero de 2010 presentó su plan estratégico al Banco de España. Los consejos y las asambleas generales aprobaron la iniciativa en marzo. El 7 de abril firmaron el contrato. El 14 de mayo presentaron su primera acción comercial conjunta. El 27 de mayo recibieron el informe favorable de la Dirección del Tesoro. El 7 de junio recibieron la aprobación del Ministerio de Economía y de la Junta de Castilla y León. El 9 de junio firmaron las escrituras. Y el 18 de junio, en fin, Banca Cívica estaba inscrita en el Registro del Banco de España.

El noviazgo entre España-Duero y Unicaja ha cumplido ya un año y medio. O más bien, un año y tres meses, si se contabiliza desde que se formalizó el preacuerdo. Fue aquel 21 de marzo de 2011 en el que, además, presentó su dimisión el director general, Lucas Hernández.

Esta caja ha tenido (¡y tiene!) más vida interior que exterior. Y ese es el origen de sus desequilibrios. No se han integrado dos culturas, como diría el teórico. No. Ambas pelean por la hegemonía. Y mientras, claro, la entidad emite signos de debilidad extrema.

Lo cierto es que, precisamente por eso, por su progresivo deterioro, Braulio Medel ha exigido medidas de saneamiento extraordinarias antes de acceder a la integración. Primero, las financieras: los 525 millones del Frob adicionales (se suman a los 475 que ya recibió en 2010, tras la fusión regional); y una línea abierta de liquidez para Unicaja Banco de entre 375 y 1.025 millones de euros.

Y en segundo lugar, las de carácter estructural; es decir, la rebaja del coste anual de funcionamiento en 120 millones de euros. En ello está Evaristo del Canto. Tiene que cumplir con los requisitos porque si no, a pesar de todo, no habrá integración. Y los empleados lo saben. Y lo aceptarán, a cambio de ligeras compensaciones, para salvar la viabilidad de la entidad.

Si Medel comprueba que el 1 de julio se produce una reducción efectiva del gasto, si comprueba que el plan de ahorro que ha exigido se cumple, probablemente active la integración y firme el acuerdo en otoño. Esos son, en realidad, "los permisos" que mantienen aún en vilo la operación. Esos y la nueva operación con BMN, que se suma al proyecto. Mala noticia para Del Canto, que probablemente no será el segundo ejecutivo del futuro banco.

Pero fue justamente en el proceso de negociación con los empleados, cuando el equipo de dirección de España-Duero cometió un error increíble. Un error infantil, aseguran algunas fuentes.

Con el fin de acogerse a las nuevas disposiciones de la reforma laboral, España-Duero confeccionó un documento interno en el que se afirma que si no se recortan las percepciones salariales en 15,3 millones, la entidad perderá este año 106 millones de euros.

¿Está España-Duero en pérdidas? Si se dividen 106 millones, que es la proyección para el ejercicio, entre enero y marzo habría registrado unas pérdidas de 26,5 millones. Y el próximo día 30, esa cifra se habrá elevado a 53 millones.

¿Este resultado estimado es fruto de una gestión nefasta? Con el tiempo se sabrá, claro. Aunque, lo cierto es que España-Duero ha navegado siempre contra corriente: contra sus propios vicios, la adversidad del entorno económico-financiero y las sucesivas reformas regulatorias. Quizás han pesado más sus vicios (máxima politización y luchas provincianas), pero su primer ejecutivo responde al "caché medio-alto" del sector financiero nacional, con unas percepciones anuales algo inferiores a las de Medel (600.000 euros/año). Y los cuatro consejeros que le acompañan, también, porque cuando se incorporen al consejo de Unicaja Banco percibirán 70.000 euros anuales más 1.500 euros por asistencia a consejos o a cualquiera de las cuatro comisiones de las que formen parte; o sea, un mínimo de 88.000 euros anuales.

Parafraseando la definición que hizo el presidente Herrera de sí mismo hace escasos meses, España-Duero tiene más pasado que futuro.

Manuel Trapote. Periodista.