Pagar, ¿a cambio de qué?

Conocidos los Presupuestos Generales del Estado elaborados por el Gobierno Rajoy, más de uno de los mortales se ha llevado las manos a la cabeza por lo que pueda acompañar a estas cuentas de 2012.

Para todo hijo de vecino suben los impuestos, el IRPF, el IBI, la luz, el gas, el tabaco, los combustibles y así hasta un sinfín de pagos que ahora hay que realizar, incluso hasta el ahorro es más caro, y eso que está harto difícil reunir unos eurillos más allá de la extra, si es que se tiene.

No hacemos más que pagar por todo y a cambio ¿qué? El gran avance socialista, reconocido por todos, fue la Ley de Dependencia y en estos tiempos de crisis se reduce a la mínima expresión dejando a muchos dependientes  casi en situación de abandono. Y cuando más se necesita crear empleo, se acaba también con uno de los sectores en auge como fuente de trabajo. ¡Era el slogan hasta en los anuncios de CCC!.

Ahora el ministro De Guindos anuncia, (eso sí en Alemania porque parece que en España no se atreve), que las próximas reformas tocarán a la sanidad y la educación. Cataluña ya lo ha hecho con ese euro por receta médica. Nadie quiere hablar de copago sanitario, empezando por la Junta de Castilla y León, pero si es una decisión de Estado, del Ministerio de Sanidad, nadie dirá nada porque todos los gobiernos necesitan ingresos por algún sitio para reducir los desorbitados gastos farmacéuticos o del propio sistema público de salud. 

La educación pública en los últimos años, según el sindicato de enseñanza STES, está viendo en Castilla y León como aumenta el número de alumnos y, por consiguiente, la demanda de los servicios que se presta a estos alumnos, véase comedor, transporte escolar, madrugadores, tardes en el cole o centros abiertos. Programas estos últimos recogidos dentro de las políticas de conciliación laboral y familiar auspiciadas por el propio presidente Herrera y que ahora, en medio de las dificultades económicas para las arcas autonómicas, corren el riesgo de desaparecer, por lo menos la dotación presupuestaria suficiente para que puedan mantener su gratuidad una vez se confeccionen los presupuestos de la Junta para 2012. La administración autonómica quiere huir de la palabra "copago" pero todo apunta, y es el temor de las asociaciones de padres de centros públicos, a que se estarían buscando mecanismos que dejaran en la economía familiar el coste de estos servicios, como ya ocurre con los centros abiertos en el mes de verano.

De ahí que volvamos a la pregunta inicial, pagar a cambio de qué, más impuestos pero menos prestaciones públicas. Se retrocede en la sociedad del bienestar y las economías familiares empeoran porque serán ellas las que hagan frente a los gastos de hábitos ahora necesarios o bien, volveremos a echar mano de las abuelas para ahorrar en comedor, en madrugadores, en centros abiertos. La respuesta a final de mes, con la presentación del proyecto de presupuestos de la Junta. Para conocer sus efectos, habrá que esperar algo más, y con el inicio del curso 2012-2013 podría haber recortes en el uso de esos servicios.

Eva Marín Martín