Las primeras procesiones del Jueves Santo, suspendidas por la lluvia

La lluvia que cayó en Valladolid desde primera hora y la amenaza, no cumplida, para el resto de la mañana, ha obligado a suspender la procesión del Cristo de la Luz, la primera de un total de once previstas para la jornada del Jueves Santo y madrugada del Viernes en la ciudad. El desfile fue 'sustituido' por un acto penitencial en el palacio de la Santa Cruz, edificio universitario del que debía partir el cortejo.
 
También en León se ha suspendido la procesión de las Bienaventuranzas en tanto el pregón de las Siete Palabras se ha tenido que realizar sin caballos. En Zamora, la procesión de la Virgen de la Esperanza ha acortado el recorrido ante las complicadas previsiones, si bien la lluvia , finalmente, no ha llegado a descargar.
 
Más suerte tuvieron los cofrades y el numeroso público que acude a estas celebraciones en la jornada del Miércoles. en la que pudieron celebrarse con normalidad los seis desfiles procesionales progranados tradicionalmente en Valladolid. Especialmente emotivo fue el final del 'Via Crucis' del Nazareno ante la penitencial de Las Angustias o la salida de la Virgen de la Piedad que, por primera vez desde hace varios años, volvía a partir de la iglesia de San Martín.
 
El 'Via Crucis' nazareno pudo seguirse desde distintos puntos del recorrido gracias a la megafonía instalada en el entorno de las XIV estaciones. Por lo que se refiere a la procesión de la Piedad, la plaza de San Martín, junto a la iglesia del mismo nombre, quedó literalmente bloqueda  por los fieles ávidos de contemplar una talla, la Quinta Angustia, de Gregorio Fernández, que representó a la Semana Santa de España en la reciente Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid.
 
La salida del Cristo de las Mercedes desde la iglesia de Santiago y las procesiones de la Peregrinación del Consuelo y de Perdón y Esperanza se desarrollaron con normalidad. Ahora, vallisoletanos y visitantes, que estos días ocupan los hoteles al 80 porciento, miran al cielo en espera de las previsiones, que son ligeramente mejores a las iniciales, para la tarde-noche del Jueves Santo, en la que la ciudad rememora pasajes del Evangelio como la Última Cena.