La portavoz no quiere prensa

Que a muchos vallisoletanos y, sobre todo, al mundo cofrade en particular no había sentado especialmente bien la designación de Soraya Sáenz de Santamaría como pregonera de la Semana Santa de Valladolid no era un secreto. Quién ha escrito dicho pregón, sin embargo, sigue perteneciendo al mundo de los misterios. Bien para que no le pregunten por esta última cuestión, bien para no remover la apagada y artificial polémica por las manifestaciones off the record del arzobispo de la Diócesis, la vicepresidenta o su entorno han decidido, al menos en principio, no realizar declaraciones a los medios en su visita, este viernes, al Ayuntamiento.

Es costumbre, que no se suele romper, que el pregonero, minutos antes de dirigirse a la Catedral, pase por el Consistorio para firmar en el Libro de Honor y atender a la Prensa, en una hora ya apretada para el cierre de los medios impresos. Este año no séra así, pese a la condición de vallisoletana de la mujer fuerte del Gobierno de Rajoy, dato que fue, por cierto, una de las excusas esgrimidas por el alcalde, el popular León de la Riva, para justificar el controvertido nombramiento. Curiosamente, no hay que olvidar la condición de portavoz del Gobierno de Sáenz de Santamaría, que sólo accede a que estén presentes en el Consistorio los reporteros gráficos. Si la decisión no ha gustado a los periodistas, imagínense al alcalde, que tendrá que conformarse con un posado en su despacho más lo que posteriormente, se tercie en el templo metropolitano.

Precisamente, otra de las razones apuntadas para su designación fue la segura repercusión mediática  de la presencia de la pregonera. Habrá que ver los medios nacionales que cubren la prédica, exceptuando, claro está, aquellos que cuentan con sede o delegación en la ciudad.