Pertinaz sequía

En los últimos veinte años todas las catástrofes que ocurren en el mundo y que son atribuibles a causas naturales se adjudican al cambio climático, que ya se ha convertido en la frase hecha del siglo XXI, para explicar los males que debe afrontar la humanidad por nuestros excesos ambientales. Que es tanto como reconocer que, en último término, son las acciones humanas las causantes de las catástrofes naturales.
   
En estos días, la sequía que sufren los agricultores y ganaderos también se adjudica, por algunos analistas y expertos, al cambio climático. Aunque no sea nueva, pero si excesiva, esta sequía invernal, combinada con la crisis económica, podríamos calificarla de pertinaz sequía, que es la frase hecha utilizada en los años cuarenta o cincuenta del siglo pasado, para referirse a la sequía y a todo el conjunto de calamidades que se cernían sobre el sector agrario en la época franquista.
   
Con la pertinaz sequía se evadían responsabilidades políticas y sociales que se cargaban en la Naturaleza y en una adversidad que sólo Dios podía resolver y, consecuentemente, sin otra solución que la resignación cristiana de acudir al santo patrón, a la virgen o al Cristo para sacarlo en procesión rogativa e implorar su auxilio y su intercesión ante el Altísimo.
   
Sin embargo, siempre había algún párroco inteligente y realista que advertía, a los agricultores excesivamente creyentes en la intervención divina,

- Si queréis sacamos al santo pero no está de llover.
   
Que era tanto como reconocer que, en los países mediterráneos en general y en España en particular, la ausencia de lluvia durante periodos prolongados es una de sus naturales señas de identidad. Porque, en cuanto se refuerza el anticiclón de las Azores, al Oeste de la Península, provoca el desvío de las borrascas atlánticas hacia latitudes mucho más altas de las habituales y deja de llover. Como esto nos lo explican muy bien los expertos del tiempo en TVE, a los agricultores ya no se les ocurre acudir a los párrocos para organizar rogativas.
   
Pero la sequía está agudizando la situación crítica de la ganadería extensiva que depende de pastos y forrajes, cuya escasez obliga a utilizar piensos compuestos que se encarecen constantemente, incrementando los costes de producción y provocando el inevitable hundimiento de las explotaciones si la situación se mantiene. Porque a los precios bajos de la leche y la carne de ovino y de vacuno se ha unido el incremento en un 40 por ciento de los costes de alimentación del ganado.
   
Las grandes sequías ocurridas en España, aparte de ser largas y de varios años de duración, han incidido muy negativamente en nuestra economía y han generado conflictos internos de distinta índole. Hoy en día, aparte de las pérdidas que esta sequía esta ocasionando en la ganadería, puede originar una crisis muy seria en todo el sector agrario y alimentario que estaban soportando con solvencia la crisis económica y por lo que se podía prever su salida anticipada, con respecto a los restantes sectores de actividad, e incluso en actuar, junto con el turismo, de germen de la recuperación económica.
   
Pero como es posible que la sequía generalizada continúe, y afecte a los cultivos de secano, España y Portugal acaban de solicitar a la Unión Europea que analice posibles líneas de ayuda en favor de los agricultores y ganaderos para paliar el impacto de la sequía que afecta a ambos países.
   
Porque la situación actual afecta a 12 millones de cabezas de ovino y caprino y 2,2 millones de cabezas de vacuno que soportan un gasto extraordinario en alimentación, que se ha cuantificado en unos 2 millones de euros diarios. También va a provocar pérdidas de los productores de cultivos herbáceos, cuya cuantificación definitiva no se conocerá hasta que no se realice la recolección, pero ya existen cosechas perdidas. Y finalmente, es un hecho constatado la escasez de agua que van a sufrir buena parte de las producciones de regadío que pueden impedir la siembra de miles de hectáreas de cultivos de verano. Esperemos que las recientes lluvias continúen y permitan mejorar las expectativas expresadas.

Fernando Franco Jubete. Ingeniero Agrónomo, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia.