Bolivia celebra los 185 años de independencia buscando su unidad

El Gobierno de Morales decidió que la sesión de la Asamblea Legislativa se realice este año por primera vez en la ciudad oriental de Santa Cruz, feudo de líderes opositores, y no en la sureña Sucre, que es la capital constitucional de Bolivia y sede tradicional de esa actividad por las fiestas patrias.


El gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, y la alcaldesa interina de Sucre, Verónica Berríos, ambos oficialistas, han manifestado su apoyo a la decisión del Ejecutivo.

La decisión fue rechazada por opositores de Chuquisaca, donde está Sucre, que recordaron que Bolivia "nació a la vida" el 6 de agosto de 1825 en la Casa de la Libertad de esa ciudad.

Urquizu ha replicado que la historia de Bolivia "empieza el 22 de enero" de 2006, día elegido para la primera investidura de Morales, por lo que, a juicio del gobernador oficialista, "ya no hay nada que celebrar el 6 de agosto".

Otra polémica ha surgido por la decisión del Gobierno de que en los actos oficiales de este viernes sea izada la whipala, la multicolor bandera indígena reconocida como símbolo del Estado en la Constitución promulgada en 2009 por Morales.

No obstante, el gobernador de Santa Cruz, el opositor Rubén Costas, declaró que no izarán la whipala porque consideran que representa solamente a los indígenas del occidente del país.

Según se supo, existiría un acuerdo para que la whipala no sea izada a cambio de que tampoco lo sea la bandera regional de Santa Cruz, algo que rechazaron los movimientos opositores.

En un comunicado difundido hoy, el Comité Cívico de Santa Cruz, que agrupa varias entidades regionales, "rechazó y condenó" el supuesto acuerdo porque lo considera un "agravio contra la enseña departamental".

Según esa organización, no permitir la izada de la bandera cruceña equivale a una "toma simbólica de Santa Cruz por parte del colonialismo andinocentrista".

Esta semana, el Vicepresidente del país, Álvaro García Linera, defendió a la whipala con el argumento de que es un símbolo de "todas las culturas de Bolivia", por lo que "no puede ser omitida como símbolo nacional" en la celebración del día patrio.

Para este viernes, la organización radical Unión Juvenil Cruceñista convocó a los ciudadanos de esa ciudad a acudir a los actos oficiales vestidos de negro porque "no hay nada que celebrar".

Al margen de estas polémicas, las vísperas de la fiesta nacional han estado marcadas por un conflicto en la región andina de Potosí, que reclama desde hace ocho días atención a media docena de demandas con una huelga indefinida y bloqueos de carreteras.

Líderes potosinos declararon "luto departamental" durante las fiestas patrias y mañana realizarán una marcha "por la dignidad de los potosinos y en defensa de los recursos naturales".

Parlamentarios oficialistas de Potosí, opositores de Chuquisaca y organizaciones indígenas y campesinas del país, que se sienten discriminados del entorno de Morales, también hicieron conocer que no irán a Santa Cruz para participar en los actos.

No obstante, García Linera expresó durante una rueda de prensa su confianza en que todas las discrepancias sobre la fiesta se solucionarán y los bolivianos cumplirán este viernes su "deber cívico, con profundo patriotismo".