Desde que Aznar dejara de visitar Quintanilla de Onésimo, cada final de verano, estamos hechos un lío. Entonces sí que teníamos claro cuándo empezaba el curso político. ¡Qué claridad en el calendario! Era poner el Presidente la ficha de dominó sobre la mesa en aquella castiza partida y curso inaugurado. Ahora no hay quien se aclare. Llevo ya contabilizados, así redondeando, unos diez comienzos de curso. Lo inauguró Herrera el primer día que fue al despacho, justo después de la fiesta de la Virgen. Óscar López lo ha empezado en bici dejando los riñones por las carreteras de Castilla y León para demostrar que el puro cambio se demuestra pedaleando. Sus señorías lo han hecho en Las Cortes hace días con un pleno exprés para aprobar la renta garantizada de ciudadanía. Sin embargo para otros el curso político llegó con el primer Consejo de Gobierno.
No se hagan ilusiones, aún hay más. En unos días, se supone, el PP de Castilla y León reunirá a todos sus cargos en un gran acto para dar por iniciada la temporada, cosa que también hará López con el PSOE y los suyos. A quien le ponemos falta es a Zapatero que no ha querido estrenar la cartera y el cuaderno con nosotros. Rodiezmo le esperaba con los brazos abiertos, es un decir, pero el alumno veterano ya sabe que a veces los compañeros te pueden rodear en el patio y empezar a darte collejas por una reforma laboral de nada.
Los medios de comunicación, un año más, compramos a los políticos lo que nos vendan y somos capaces de abrir el curso político 20 veces si ellos así lo quieren. Tenemos apertura de curso político, parlamentario, cultural, económico, deportivo e incluso religioso. Pero lo que está claro es que los chicos este año van a tener que estudiar de lo lindo porque el examen de finales de mayo es de aúpa. Las elecciones municipales y autonómicas están ahí, a la vuelta de hoja de calendario, y prometen tenernos en tensión durante los próximos nueve meses. Lo que no sabemos es si alguno va a cambiar de cartera ahora, en el ecuador o nunca. ¿Para qué especular? Sólo con lo que se ha escrito de la supuesta remodelación del Gobierno Regional habría para una tesis, así que es mucho más fácil decir que en principio no, o puede que sí, al más puro estilo Rajoy. De todas maneras no se engañen. Por mucho que filosofemos sobre el curso político, quienes de verdad van a marcar su comienzo serán, como debe ser, todos los niños y niñas que el día 9 se van a levantar con cara de sueño para ir al cole. Entonces sí que todos notaremos que de verdad lo bueno se ha acabado.
José Manuel Negro. Periodista.
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