Pesimismo ante juicio contra chilenos en Barcelona

Ambos jóvenes, de 23 y 24 años respectivamente, además del argentino, Juan Pintos Garrido y otros seis europeos, son acusados de golpear -dejando en estado vegetal- a un agente de la Guardia Urbana barcelonesa.

En declaraciones a radio Cooperativa, la madre de Alex Cisternas, Delia Améstica, reconoció el martes que existe pesimismo respecto al dictamen en la octava sala de la Audiencia de Barcelona.

"Igual tenemos su resto de pesimismo, pero vengo confiada en que por fin se haga justicia, espero que se haga", afirmó la mujer.

"Lo resumiría como una especie de agonía bastante dura, fue una vida que no es vida, (pues) también estamos en cierto modo presos, donde no podemos gozar de nada, porque si él no lo puede hacer, uno no lo puede hacer tampoco", lamentó, por su parte, la madre del otro joven, Rodrigo Lanza, Mariana Huidobro.
 
La defensa de los jóvenes acusó la desaparición de pruebas clave, negativa de admitir testigos y agresiones durante la investigación, lo que incluso llevó a afirmar al observador y presidente de la comisión de Derechos Humanos del Senado, Jaime Naranjo, que los jóvenes son acusados "por ser sudamericanos".
 
"Se ha vulnerado, entre otras cosas, el derecho a defensa, el derecho a un proceso con las debidas garantías, y también el derecho a un tribunal imparcial, porque la sala que va a enjuiciarles hoy ya ha resuelto todas las apelaciones durante la fase de instrucción", resumió el abogado de Rodrigo Lanza, Gonzalo Boye.
 
Al primer día de juicio asistió el embajador chileno en España, Osvaldo Puccio, quien afirmó que la causa ha sido una preocupación "muy especial" de la Presidenta Michelle Bachelet. "Nosotros tenemos plena confianza en las instituciones españolas y esperamos que todo esto se resuelva de la mejor manera para ellos", expuso. También asistió el cónsul de Chile en Barcelona, Marcelo Aguirre.

Para los próximos días está contemplado el testimonio de policías que presenciaron los hechos, cuyo testimonio es el único que implica a los dos jóvenes, junto a un argentino, como autores de la agresión. También testificarán los médicos que atendieron al guardia herido.
 
El hecho ocurrió el 4 de febrero de 2006, cuando la policía se enfrentó con un grupo de jóvenes "okupa" que realizaban una fiesta en un edificio del ayuntamiento de la ciudad. Según la defensa, los jóvenes chilenos sólo pasaban por el lugar cuando comenzó el enfrentamiento, en el que denunciaron haber sido golpeados brutalmente antes y después de ser detenidos.

Un guardia resultó herido tras recibir un duro golpe en la cabeza, que le provocó una fractura craneal. Los dos chilenos y el ciudadano argentino han permanecido en prisión casi dos años esperando el inicio del juicio, mientras que los seis europeos quedaron libres.

La negación de la libertad a los tres jóvenes latinoamericanos provocó la presencia en el juicio de observadores de organismos de derechos humanos.

El proceso contra los dos jóvenes chilenos, que se inició el lunes en la octava sala de la Audiencia de Barcelona, se prolongaría por una semana, tras lo cual se dictará la sentencia.