Schumacher, discutible ‘Príncipe’ deportivo

El nuevo Príncipe de Asturias de los Deportes es el alemán Michael Schumacher, apodado el Kaiser porque ha sido el piloto de Fórmula 1 más laureado de la Historia. Ha ganado 7 campeonatos mundiales, conseguido 91 victorias en su carrera  (el 36% del total) y consiguió subirse al podio en 154 ocasiones (lo que supone que en el 62% de sus carreras lo hizo).

Los números le avalan, pero el debate debería ser qué se premia en estos galardones Príncipe de Asturias. ¿Un perfil de premios o un perfil ejemplar de deportista? Para empezar, se trata de un nuevo premiado del mundo del motor en los últimos años, después de que nuestro Fernando Alonso se hiciera con él. ¿Son tan meritorios los logros de un deportista del motor como los de un ciclista, un atleta o un jugador de deportes de equipo? La polémica estaría servida y de hecho es algo que siempre se ha discutido.

Pero quizás no es ése el tema principal a debatir, sino, como decíamos, si se debe premiar un palmarés o un perfil ejemplar para la sociedad. Schumacher es el típico deportista ególatra, megalómano, orgulloso y presuntuoso que pueden generar millones en beneficios económicos. Pero salvo por el dinero, nadie querría un hijo con su personalidad. Lo mismo se está diciendo ahora de nuestro asturiano Alonso, tan amigable y entrañable como nadie…

Otras candidaturas ofrecían mejor pinta: el ex futbolista Zidane, que no ha llegado a ser finalista al premio, y la candidatura conjunta de Nadal-Federer, excepcional ejemplo de superación y talento sobre la pista.

También optó al galardón Valentino Rossi, otro genio del motor como Schumacher -ha batido todos los récords sobre su moto-, aunque es otro ejemplo de deportista de excesos.

En definitiva: enhorabuena a ‘Schumi’, que fue un as con su monoplaza, y el premio ya está otorgado. Pero un consejo: a partir de ahora, habría que fijarse en otras facetas de los deportistas, como por otra parte se ha hecho en el pasado de este galardón.