Los parlamentarios, mientras sesionaban en el pleno del Congreso, vieron interrumpida su labor, debido al gas lacrimógeno que se filtraba desde la cafetería, antesala del salón de sesiones, mientras la policía detenía a un ciudadano, acusado de ser el causante del suceso.
Algunos diputados, afectados por el gas lacrimógeno, consideraron que la bomba se colocó con el fin de bloquear la sesión en la que se estudiaba reestructurar las comisiones legislativas.
En el pleno del Parlamento estaban 54 legisladores y la bomba explotó en el baño situado en la parte posterior de la sala de sesiones, indicó a Efe Patricio Vivas, del departamento de Comunicación del Parlamento.
Los Honorables habían aprobado una resolución justamente para designar a las nuevas autoridades legislativas: el Primer y Segundo Vicepresidente, Secretario, Consejo Administrativo de la Legislatura y la Comisión de Excusas y Calificaciones, más las 18 comisiones legislativas permanentes.
Mientras tanto, el detenido fue identificado como miembro de la seguridad del diputado Luis Almeida, de la Sociedad Patriótica, PSP, quien portaba un arma, la misma que le fuera retirada.
Almeida, (PSP), salió en defensa de su colaborador, lo que originó el problema reseñado.
A la primera bomba lacrimógena lanzada en la cafetería le siguieron otras en los pasillos y en las oficinas de algunos legisladores.
Al respecto, aunque el legislador Almeida, decía no conocer al sujeto y arrebataba de la mano de este una tarjeta de identificación, responsabilizaba al Gobierno de lo acontecido en el Congreso, diciendo que: "es el Gobierno el que ha mandado a hacer esto".
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