Massa intenta zafar de la polarización
sábado 02 de mayo de 2015, 23:57h
El precandidato presidencial del Frente Renovador consiguió
realizar en el estadio de Vélez una manifestación de fuerza con un acto
multitudinario, en un momento de gran debilidad política signado por la baja en
las encuestas y el retorno de algunos dirigentes de su espacio hacia el Frente
para la Victoria (FPV), así como la fuga de otros hacia Propuesta Republicana
(PRO).
Las encuestas que le sonreían el año pasado al tigrense
comenzaron a mostrarle que pierde intención de voto, al tiempo que creció el
apoyo al precandidato del PRO, Mauricio Macri, que lo desplazó del segundo
lugar y puso en duda un eventual ingreso de Massa a un balotaje contra el
postulante del FPV.
Algunos radicales que fueron derrotados en la Convención Nacional
de Gualeguaychú en el intento de sumar a Massa a una gran primaria opositora,
como Julio Cobos y el tucumano José Cano, dijeron públicamente la semana pasada
que votarían a Macri. El senador provincial Baldomero "Cacho" Alvarez retornó
al FPV y el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, amenaza con
migrar al PRO.
Cariglino, uno de los fundadores del FR, no estaba de
acuerdo con el acto realizado el viernes en el estadio de Vélez Sarfield, pese
a que colaboró con su armado y es uno de los que cree que Massa debería bajar
su postulación a la de candidato a gobernador en la Provincia de Buenos Aires,
al tiempo que mantiene negociaciones con Macri.
En medio de la caída, Massa realizó la semana pasada otro
gesto que indica que dará pelea, al anunciar una alianza con el cordobés José
Manuel de la Sota, con el cual competirá en una interna que por el momento no
ha sumado al puntano Adolfo RodrÍguez Sáa.
Massa no quiere oír hablar de resignar su candidatura
presidencial y sostiene que si en la Provincia de Buenos logró 4 millones de
votos y puede hacer ahora buena cosecha con De la Sota en el segundo distrito
más importante del país, que reúne casi 2,5 millones de electores, no es
posible que mida lo que dicen las encuestas. Sus pretensiones son tales, que no
admite tener que disputar antes el primer distrito electoral.
Sin embargo, los síntomas de la caída en el favor popular
parecen obedecer a que su propuesta de "cambio justo" no encuentra espacio
entre el discurso conservador de Macri, que se propone "lo nuevo", y el de
"seguir avanzando en la transformación", que emite el oficialismo.
En realidad, la propuesta de Macri no sólo no es "lo nuevo"
sino que tal vez sea la más antigua, ya que propicia una reposición
conservadora que en el mejor de los casos es parecida a la de los 90, en tanto
Massa emite un discurso moderado para el establishment, pero sin descuidar
promesas incumplibles para la clase media.
El jefe de Gobierno porteño es un hallazgo para la derecha,
que por primera vez desde la instauración del voto secreto tiene un candidato
presidencial competitivo. Macri le propone al poder económico capturar el poder
político sin necesidad de golpes militares ni de mercado. ¿Para qué apoyar
entonces a otro que además tuvo el sarampión del peronismo?
Massa saltó en forma rutilante al escenario político cuando
derrotó en la Provincia de Buenos Aires en las lesgislativas 2013 a la lista de
diputados del FPV encabezada por Martín Insaurralde y se propuso como el único
opositor que podía vencer al kirchnerismo.
Ese momento de alza del trigrense coincidió con un
amesetamiento del favor popular hacia Macri, que no conseguía trasponer la
avenida General Paz. Massa había ganado la madre de todas las batallas en el
distrito que concentra el 37 por ciento del padrón electoral, mientras Macri
sólo conseguía algunos aliados puntuales fuera de la Capital Federal. Pero con
la estructura partidaria que le regaló la UCR, el alcalde porteño tendrá
llegada a todo el país, lo cual lo convirtió en un candidato competitivo.
Massa aparece en cambio apretado por la polarización entre
Macri y los principales postulantes del oficialismo, Florencio Randazzo y
Daniel Scioli, al tiempo que soporta los tironeos de quienes pretenden que
decline su aspiración presidencial para dejarle cancha libre al precandidato
del PRO.
Massa hubiera aceptado gustoso disputar la candidatura
presidencial con Macri, el radical Ernesto Sanz y Elisa Carrió, pero tanto
Macri como la derecha de la UCR le cerró la puerta en la cara, pese a que era
el sueño dorado del establishment; algo así como todos contra el odiado
kircherismo.
De su discurso del viernes, en el que enfatizó que será
presidente y criticó tanto a Macri como al gobierno nacional, se desprende que
pese a la caída en las encuestas, las deserciones y los desaires, eligió morir
con las botas puestas. Puede darse el lujo de perder, ya que siendo el
aspirante más joven, tendrá en el futuro otras oportunidades.