martes 28 de abril de 2015, 19:11h
El voto en fuga de una parte de los electores tradicionales
del PP se refugia en Ciudadanos. Otro
tanto ocurre con Podemos en el caso del PSOE. Ciudadanos sube, en cambio, el
apoyo a Podemos, baja. Así lo reflejan todas las encuestas. A medida que va
concretando el programa electoral los futuros votantes perciben a la formación
que encabeza Albert Rivera como un partido de centro derecha. Sin llegar a ser
la "marca blanca" del PP -como se ha dicho con tanta ironía como
intención- lo cierto es que en lo esencial defienden el mismo modelo de
relaciones sociales coincidiendo, además, en un asunto clave: la unidad
nacional en el marco de lo establecido en la Constitución.
La novedad es que llegan al ruedo nacional vírgenes de
escándalos relacionados con la corrupción y esa circunstancia les favorece en
un momento en el que los grandes partidos (PP, PSOE y CiU) tienen cuentas
pendientes con la justicia. La ascensión de Ciudadanos en las encuestas tiene
un correlato de descenso en el caso de Podemos. Este hecho podría encontrar
explicación en la combinación de dos factores: Ciudadanos recogería el voto
centrista ("ucedeo" si se me permite la expresión), de quienes han
sido votantes tradicionales del PP pero ahora se sienten decepcionados por los
incumplimientos del programa electoral con el que el PP concurrió la pasadas
elecciones y avergonzados por la tibieza mostrada en los casos de corrupción.
En el caso de Podemos el estancamiento se debe, por una
parte al mayor conocimiento que el público va teniendo de las actividades
privadas de algunos de sus dirigentes (el "caso Monedero" y sus
"habilidades" fiscales les han hecho daño) y, por otra, a la
evidencia de que hay mucha improvisación en su programa electoral y son muchas, también, las contradicciones
entre lo que Pablo Iglesias dice hoy y lo que proclamaba antes de que Podemos
se convirtiera en partido político. Aun
así lo que dicen los sondeos es que le quitan
votos al PSOE y que ha conseguido vampirizar a Izquierda Unida.
Lo que no sabemos es el impacto (a la baja) que podrían
sufrir ambas formaciones (Podemos y Ciudadanos) a raíz de los cabildeos que se
traen en Andalucía en los prolegómenos de la investidura, si al final, como
parece, facilitan la elección de Susana Díaz como presidenta de la Junta. Los
ciudadanos, ya no pasan una.