Cumbre de las Américas
El Papa Francisco pidió un "diálogo sincero" para avanzar con la distribución equitativa de la riqueza
sábado 11 de abril de 2015, 12:09h
El Papa manifestó ese deseo en referencia a la VII Cumbre de las
Américas que se realiza en Panamá. En una carta criticó la "falacidad" de la
teoría del derrame e indicó que "hasta que no se logre una distribución
equitativa de la riqueza, no se resolverán los males de nuestra sociedad".
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Las palabras del pontífice fueron escritas en una misiva
difundida por la Santa
Sede y remitida el pasado viernes al anfitrión del cónclave
de jefes de Estado, el presidente panameño, Juan Carlos Varela.
"Me gustaría manifestarles mi cercanía y aliento para que el
diálogo sincero logre esa mutua colaboración que suma esfuerzos y supera
diferencias en el camino hacia el bien común", manifestó el Papa.
Explicó, también, que comparte el tema elegido para esta
Cumbre "Prosperidad con equidad: el desafío de la cooperación en las Américas"
ya que está convencido "que la inequidad, la injusta distribución de las
riquezas y de los recursos, es fuente de conflictos y de violencia entre los
pueblos".
"Hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la casa, y
servicios públicos, como la salud, la educación, la seguridad, el medio ambiente,
de los que ningún ser humano debería quedar excluido", indicó en la carta que
reproduce el sitio oficial de noticias del Vaticano.
"La teoría del derrame se ha revelado falaz: no es
suficiente esperar que los pobres recojan las migajas que caen de la mesa de
los ricos", apuntó.
En ese sentido, el líder de la Iglesia Católica
comentó que "el gran reto de nuestro mundo es la globalización de la
solidaridad y la fraternidad en lugar de la globalización de la discriminación
y la indiferencia y, mientras no se logre una distribución equitativa de la
riqueza, no se resolverán los males de nuestra sociedad".
El papa instó a que haya mayor colaboración entre los
Estados en temas de migración ya que "la inmensa disparidad de oportunidades
entre unos países y otros hace que muchas personas se vean obligadas a
abandonar su tierra y su familia, convirtiéndose en fácil presa del tráfico de
personas y del trabajo esclavo, sin derechos, ni acceso a la justicia".
"A veces, incluso dentro de cada país, se dan diferencias
escandalosas y ofensivas, especialmente en las poblaciones indígenas, en las
zonas rurales o en los suburbios de las grandes ciudades. Sin una auténtica
defensa de estas personas contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia, el
Estado de derecho perdería su legitimidad", agregó.
Por último, el sumo pontífice indicó que "nunca son vanos"
los "esfuerzos por tender puentes, canales de comunicación, tejer relaciones y
buscar el entendimiento" entre países, y deseó que la Cumbre genere "un nuevo
orden de paz y de justicia y promueva la solidaridad y la colaboración
respetando la justa autonomía de cada nación".