Las cartas del Abuelo Pascasio: El tren que mueve a los argentinos

Muy querida nieta Cristina:
 
                Antes de entrar a comentar lo bien que está progresando mi amada segunda tierra te tengo que hacer un especial agradecimiento. El grupo de hinchas gaitaporteños que tenés acá arriba aplaude efusivamente la donación de un tomógrafo para el Centro Gallego de Buenos Aires. Nos alegramos porque el nuevo aparato -un "Toshiba Alexion"-- servirá para animar un poco a los preocupados empleados. Nos llamó la atención que desde las agrupaciones "Pro Centro Gallego" no se haya comentado una sola palabra sobre el hecho.
 
                Tenemos amigos y conocidos en todas las agrupaciones [A Terra, Breogán, Celta, Galicia, Unión Gallega] que nos ocultaron la donación. No lo entendemos. Se están olvidando que lo "cortés no quita lo valiente", es decir, se puede estar en contra de la Intervención Judicial y en contra de Carlos La Blunda. Es normal y muy lógico que nadie quiere perder el gran patrimonio que tenemos en la esquina de Belgrano y Pasco.
 
                Quizás no andemos errados al considerar que los compañeros de las agrupaciones se dejaron contagiar voluntariamente por el "virus manipulabilis" que difunde el Clan del Clarinete mediante sus titulares de prensa. La gran educadora italiana Luce Fabbri -fallecida en Montevideo-- decía que "el ser humano está definido por su lenguaje que no es sólo un vehículo, sino que es su sustancia misma". Antes era posible comunicarse con los miembros de las agrupaciones pero ahora el virus los transformó en una substancia. Nosotros vemos un tomógrafo, ellos ven un monstruo con una gran letra "K" grabada en la frente.
 
                Vamos al tema más positivo del progreso en Argentina. Cada día que pasa vas concretando nuevos pasos que aumentan el bienestar de la ciudadanía. Nos gustaría poder viajar en los nuevos trenes a Mar del Plata, Rosario, Córdoba, Chascomús o Bragado. También acercarnos a Neuquén para ir hasta Cipolletti. Los abuelos estamos convencidos que tu gobierno se merece todos los elogios por recuperar el transporte ferroviario. Solamente con este esfuerzo tenés el 60% de los votos en octubre. Siempre queda algún boludo, es inevitable. Son los que elijen el odio en lugar del amor al prójimo. A pesar de su fanatismo, lo cierto es que no los vemos peregrinar hasta Anillaco para orar delante del gran Sacerdote Mayor del Afane.
 
                El gobierno que vos dirigís pudo darle solución a la vieja injusticia de las malas jubilaciones. Argentina es el país de América Latina que paga, en dólares, la jubilación más alta. ¡No se puede creer! Se llegó a la jubilación número 450.000 con una muy bien pensada moratoria previsional. El programa de ayuda escolar es otro gran éxito ya que más de 2,5 millones de niños empiezan el curso con unos pesos extra cuando más lo necesitan. Nos sorprende ver que desde afuera felicitan a la Argentina por sus políticas sociales pero adentro --la gran prensa corrupta que tiene la guita en el HSBC suizo-- intenta disfrazar, minimizar y ocultar la evidencia de que el país progresa.
 
                Los abuelos emigrantes queremos a la Argentina y lo demostramos laburando fuerte para que la familia tuviese un ranchito en el que resguardarse. Nos costó mucho. A los de abajo nos daban con un caño. El triunfo llegó porque no eramos ambiciosos. Se luchaba por amor a la familia. Así fue que llenamos de ladrillos solidarios el espacio que va desde Tierra del Fuego a La Quiaca. Ningún medio de prensa puede derrotar un sentimiento auténtico con mensajes de división entre buenos y malos argentinos. El que cumple con lealtad no necesita ninguna medallita. Le basta con la alegría de 5 millones de compatriotas que  pudieron irse de vacaciones, antes no tenían posibilidades. Acá está la "verdad de la milanesa", lo demás son disculpas de unos truchos que no engañan a nadie.
 
                Me despido. Tenés muchas ocupaciones y te estoy entreteniendo. Recibí el abrazo cariñoso del viejo gallego que se llena de orgullo cada vez que concretás una mejora en la vida cotidiana de los habitantes de mi añorada segunda patria.            
                                                                                                             
                                                                                                                                             Pascasio Fernández Gómez