Los gorilas y el bosque que tapa el árbol
Mientras el resto de la escena política se saca fotos, baila
en algún lado, se casa y se descasa para las revistas o se convierte en
referentes de la denuncia en vez de la política, nuestro norte sigue siendo la
transformación de la Patria,
la ampliación de derechos, la construcción de un horizonte de progreso para los
40 millones de argentinos.
Enero es, para mí, el mes en el que se puede leer algo más
allá de los diarios. Hace unos días agarré un libro de Punset, uno de esos
tipos que de tan sabios en tantos campos distintos nos muestran que abarcar
mucho no siempre significa apretar poco. Y ya que hablamos de aprietes, claro que además de Punset sigo también con
los diarios, así que se me ocurrió escribir un poco reflexionando a partir de
las dos cosas.
En un pasaje del texto Punset comenta un experimento
bastante conocido: se reúne a un grupo de personas para ver un video de un
partido de basket con la tarea de contar la cantidad de pases que hace uno de
los equipos. En una parte del video entra en escena una mujer disfrazada de
gorila, se golpea el pecho con los puños y se retira de la cancha. Al ser
preguntados sobre si habían notado algo extraño en el video, sólo la mitad de
la audiencia dijo haber visto un gorila. Este experimento, entre otros
similares, demuestra lo que los científicos llaman el principio de desatención
ciega: la mayoría de la gente sólo ve lo que espera ver.
¿Qué tiene que ver esto con los diarios? Sencillo, creo que
nos están cansando con sus ríos de tinta donde sólo hablan de lo que esperan
ver. No voy a dar muchas vueltas, a los editores responsables de la sección de
política de periódicos añosos, a los jefes de redacción de los diarios de mayor
tirada del país -aunque en franca caída, como algún candidato que esponsorean...
¿es que serán yeta?- y a especialistas en general: avíspense un poquito, acá la
fórmula es la opuesta a la usual, que el bosque no les tape el árbol,
muchachos.
Quizás hace falta
aclarar un poco, enseguida les digo a qué voy con todo este asunto de los
gorilas, el partido de basket y que el árbol y no el bosque: el problema acá no
es si el peronismo "oficial" o contraoficial o de recontraespionaje -que no
existe, pero que lo hay, lo hay- elige o no a tal o a cual, les sugeriría que
no se distraigan con la interna de la interna, porque el 2015 no depende de
trenes, mate en la mano, de naranjas ni de exprimidores de naranja. Como en
todos estos años, el futuro electoral de este espacio político depende del
proyecto colectivo. Ergo, el bosque: mar de precandidatos de estirpe y
calidades diversas; y el verdadero protagonista, el árbol: el proyecto político
que le devolvió la dignidad al pueblo argentino.
Vean que ya en 2007 y cómo no, también en 2011, anticiparon
una derrota y ¿cómo les fue?, recuerden, la memoria es buena señalando el
camino acertado, o al menos otorga un poco de prudencia. Frente a tanto
desvarío, alianza y desalianza -unen y desunen- les propongo que vean qué
maravilla, qué gran cosa el peronismo que después de 70 años sigue siendo más
joven que el resto de las fuerzas políticas: el kirchnerismo es sin dudas su
profundización y continuidad histórica y así lo demuestra la honda conciencia
del pueblo sobre lo ganado para siempre en estos años.
La fórmula es sencilla: mientras el resto de la escena
política se saca fotos, baila en algún lado, se casa y se descasa para las
revistas o se convierte en referentes de la denuncia en vez de la política,
nuestro norte sigue siendo la transformación de la Patria, la ampliación de
derechos, la construcción de un horizonte de progreso para los 40 millones de
argentinos. Nos querían correr con aquello del pato rengo y en el último año de
mandato -incluso con la pata renga, me pudo el chiste y ojalá no se enoje la
dueña de la pata- se lanzaron los programas Progresar, Pro.Cre.Ar, Pro.Cre.Auto
y Ahora 12 que, como dijo un cronista, son contracíclicos y aumentan la
cobertura social; se puso en marcha la mayor renovación de la red ferroviaria
de la historia; se contuvo el aumento de precios con medidas de intervención
como Precios Cuidados; se recuperaron las reservas del Banco Central con
acuerdos que reconocen el mundo de alteridades ascendentes en la geopolítica
mundial; se amplió la base previsional incorporando paulatinamente 500.000
nuevos jubilados; se sostuvo el empleo a
pesar de la persistente crisis mundial y regional; se mantuvo la inversión
social sin ceder a las presiones ortodoxas empeñadas en "bajar el gasto
público"; se actualizaron salarios, jubilaciones y planes sociales muy por
sobre el aumento de precios y por primera vez en la historia se bajó el precio
de la nafta en surtidor. En fin para no abrumar ...
¿Dónde están las propuestas de quienes pretenden llegar a
presidente? Un dato, de buena onda: la apatía que nos dejaron los noventa se
terminó. El pueblo ahora se juega por las ideas, por los proyectos, el voto no
se regala al rating de los almuerzos más longevos de la TV ni a una foto simpática en
algún cartel, porque el pueblo argentino aprendió que ahí se juega su laburo,
el futuro de sus hijos, en definitiva: la felicidad. Sería bueno entonces que
tuvieran al menos la dignidad de decir para qué quieren ser presidentes, cuál
es su proyecto. Otro dato, y van: con decir "mejorarle la vida a la gente" no
alcanza, ni acá ni en el país imaginario en el que el asado se hace en camisa.
Este espacio político nació y creció como proyecto
colectivo, bajo la conducción de Néstor primero y ahora de Cristina. El
compromiso militante y la adhesión popular repetida desde 2003 se fundan en lo
ganado en este tiempo y, por eso, el camino de la victoria en 2015 es uno solo:
reforzar esas bases en función de las líneas programáticas de nuestro espacio,
porque la única garantía contra la traición son las ideas.
Como ya ha dicho un compañero, la evidente campaña contra
Máximo muestra lo asustados que están porque, aunque no lo digan, quizás sí
intuyen el árbol en el bosque: este espacio político no requiere del imperativo
del consensualismo mediático, menos aún de quienes hoy se supone que "miden" en
las encuestas. La sugerencia para aguzar el análisis es que tal vez deberían
considerar que el candidato puede no ser lo central en la estrategia vencedora
para 2015. Dicho de otro modo: el candidato es el proyecto político que,
victorioso en 2015, continuará la profundización de las transformaciones
iniciadas en 2003.
Esta hipótesis se hace más fuerte si consideramos que más
que la "expresión" de la sociedad, ciertas candidaturas muestran la expresión
de las concepciones hegemónicas sobre la política que circulan con más fuerza
entre los periodistas, formadores de opinión, consultores y dirigentes
políticos: que la mayoría de los votantes son moderados. Pero debemos tener en
cuenta que el kirchnerismo también ha demostrado la falacia del votante medio,
porque ganó sistemáticamente elecciones confrontado, luchando y disputando, es
decir, poniendo el proyecto en escena.
Hay en todo esto una certeza de núcleo: militaremos la
campaña electoral del año próximo bajo el liderazgo de Cristina, pero
fundamentalmente con un programa de gobierno para nuestra Patria. La lista
ganadora no será la lista 2 del PJ, sino el Frente para la Victoria, con la boleta
encabezada por las figuras de Perón, Evita y Néstor.
Por estos días se leen extrañas definiciones sobre lo que es
el coraje; la juventud que nació a la política con Néstor Kirchner sabe una
sola cosa: el coraje es plantarse firme en nuestras convicciones: autonomía
económica, soberanía política, igualdad social. Ese es nuestro proyecto de
país. He aquí el árbol, el principio de todo para el que quiera, sin medias
tintas, formar parte del bosque.
José Ottavis
Vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos
Aires
Integrante de la
Mesa de Conducción Nacional de La Cámpora