Fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo
A Mariani la "tiene entusiasmada la batalla del Papa" por encontrar a Anahí
jueves 25 de diciembre de 2014, 14:03h
Una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, María
Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani, dijo que la "batalla que está
librando el Papa" la "tiene entusiasmada", en referencia a la promesa que
recibió de Francisco, quien se comprometió a buscar en los archivos del
Vaticano rastros del robo de su nieta, Clara Anahí, a la que busca desde hace
37 años.
En declaraciones al portal Infojus Noticias, al celebrar una
nueva Navidad sin su nieta, Mariani contó que "el Papa ya le mandó un rosario y
una bendición, y agregó que seguirá "caminando por los juzgados, haciendo ruido
con mi bastón de ciega".
"La Iglesia,
en las horas más desesperadas, me dio uno de los golpes más grandes", contó
Chicha desde su casa, donde manifestó que la actitud de Francisco le renueva la
esperanza.
"Esta batalla que está librando el Papa me tiene
entusiasmada, está barriendo, limpiando", dijo Chicha, tras recordar que
conoció al "obispo de Chascomús, Carlos Malfa, en la casa de Norberto Liwski,
cuando cumplió 60 ó 50 años, y puso una carpa en una lomadita del lugar donde
tiene su casa, y ahí nos pasamos horas hablando, cuando yo no sabía que era
obispo".
"Me impresionó mucho. Después de ese día nos hablamos por
teléfono y un día vino acá, hace 4 años. Yo tengo un respeto que me viene de mi
condición de hija de polaco por la iglesia y lo religioso, algo más allá de la
voluntad. Yo pienso de un obispo tiene que recibirlo con cierta atención.
Cuando vino acababan de traer la búsqueda de Clara Anahí, con cajas, objetos,
todo eso. La casa estaba llena y prácticamente no se podía entrar y llegó
monseñor Malfa. En medio de cajas y cajones, haciendo milagros, pasamos al
living y ahí, arrinconados, charlamos de todo. Yo estaba avergonzada. No todos
los religiosos me inspiran respeto, pero este señor sí. Después lo perdí de
vista por un tiempo", contó Chicha.
Agregó que "hace pocos días" la llamó y le trajo "un rosario
de los que tiene el Papa y una bendición papal. Es como un diploma con un
título e ilustraciones, es algo muy fuerte para mí, que viene en un estuche y
lo he mandado a enmarcar. Esta bendición tiene algo inédito: me han puesto el
nombre completo y también el apodo, Chicha. Me dijo Malfa que es la primera vez
en la historia del Vaticano que se hace una bendición papal con un apodo", dijo
una de las fundadoras de Abuelas.
Relató que a Malfa lo "nombraron secretario general del
Episcopado, o algo así. Fue, y cuando vio al Papa, le pidió por el caso de
Clara Anahí. Estaba empezando a contarle el caso, y un cardenal que estaba
junto a Francisco le dijo 'claro, se trata de Clara Anahí'. Resulta que ya
habían ido cinco o seis personas, sin que yo les dijera una palabra, a pedirle
por mi nieta. El último había sido un obispo de Brasil, del que no recuerdo el
nombre, con quien a su vez habían intercedido los ex integrantes del organismo
del obispado de San Pablo, Clamor, que tanto ayudó y protegió a los exiliados
latinoamericanos durante sus respectivas dictaduras, incluida la Argentina y nosotras,
las Abuelas. Allí se comprometió Francisco a ayudarme", dijo.
Recordó que durante el Terrorismo de Estado tuvieron ayuda
de "los jesuitas de Canadá", y que "el cardenal Arns, con el pastor Jaime
Rights, de Brasil, fueron para nosotros uno de los grandes apoyos. El ejemplo
más claro que yo vi de ecumenismo en esos años aciagos. Yo ya no esperaba
ninguna ayuda de la Iglesia,
la que maltrató tanto en horas tan difíciles de mi vida. Pero quiero aclarar
que hubo religiosos en la
Argentina que sí fueron un sostén en el pasado, por ejemplo
Jaime de Nevares, de Neuquén, que estuvo siempre cerca, o Monseñor Novak, de
Quilmes", puntualizó.