Francisco en Corea del Sur
El Papa pidió rechazar "modelos económicos inhumanos"
viernes 15 de agosto de 2014, 23:36h
Francisco criticó la "idolatría a la riqueza" y la
"creciente desigualdad entre ricos y pobres", durante la VI Jornada
de la Juventud Asiática (JJA) que se celebra en la localidad coreana de
Dangjin.
"Nos preocupa la creciente desigualdad en nuestras
sociedades entre ricos y pobres. Vemos signos de idolatría de la riqueza, del
poder y del placer, obtenidos a un precio altísimo para la vida de los
hombres", aseguró Francisco durante su discurso ante 6.000 jóvenes
católicos de Asia en su segunda jornada de visita a Corea del Sur.
La JJA, de cinco días de duración, tiene su sede principal
en el Santuario de Solmoe, el lugar de nacimiento del primer sacerdote coreano
Andrew Kim Tae-gon, en la citada localidad de Dangjin.
Este encuentro es el equivalente asiático de la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ) católica y se celebró por primera vez en 1999 en
Hua Hin, Tailandia, con el objetivo de conectar a los jóvenes católicos del
continente más poblado del mundo, que cuenta con unos 137 millones de
seguidores de este credo.
Durante el encuentro el pontífice advirtió en inglés, tras
ser recibido con muestras de gran entusiasmo por los asistentes, que "es
como si un desierto espiritual se estuviera propagando por todas partes",
lo que consideró que "afecta también a los jóvenes, robándoles la
esperanza y, en tantos casos, incluso la vida misma".
Los asistentes, que vestían camisetas de diferentes colores
dependiendo de sus países de origen o parroquias, desplegaron una artillería de
teléfonos inteligentes para inmortalizar con fotografías la llegada del papa a
la carpa donde se llevó a cabo el encuentro, uno de los más importantes de su
visita.
La ceremonia estuvo amenizada por actuaciones que mezclaban
lo tradicional, el teatro musical o sonidos más contemporáneos, y las intervenciones
de tres jóvenes de Hong Kong, Camboya y Corea del Sur que preguntaron al
pontífice sobre sus problemas e inquietudes tanto espirituales como sociales.
Francisco, tras un rato haciendo esfuerzos leyendo en inglés
su discurso, les contestó de manera espontánea en italiano y sin papeles, y les
animó a que cuando tengan dudas, "todo lo que tienen que hacer es escuchar
al Señor y pedirle que los ayude".
Además, el Papa solicitó un momento de silencio para rezar
por los vecinos de Corea del Norte, "para que Dios los ayude a ser una
sola familia de nuevo, sin perdedores o ganadores", informó la agencia de
noticias EFE.
La VI Jornada de la Juventud Asiática católica finalizará el
domingo con una misa de clausura ofrecida por el pontífice en la Fortaleza de
Haemieupseong, un espacio histórico junto al Santuario de los Mártires de Haemi
en la localidad de Seosan, 150 kilómetros al suroeste de Seúl.
Horas antes del encuentro con los jóvenes, Francisco ofreció
en su segundo día en Corea del Sur una multitudinaria misa de la Asunción de la
Virgen María en el estadio de la Copa del Mundo de la ciudad de Daejeong, a 150
kilómetros de Seúl y a la que asistieron unas 50.000 personas.
Aquí Francisco volvió hoy a sorprender a los surcoreanos al
viajar desde Seúl hasta Daejon en tren bala junto a otros 500 pasajeros en vez
de utilizar un helicóptero como estaba planeado.
El pontífice y sus acompañantes fueron los únicos que
ocuparon uno de los cuatro vagones de primera clase. Los otros tres se
mantuvieron vacíos por cuestiones de seguridad, mientras que unos 500 pasajeros
viajaron en clase turista del tren que no efectuó ninguna parada antes de
llegar a su destino.
En su homilía, deseó que los jóvenes "puedan combatir
el encanto de un materialismo que ahoga los auténticos valores espirituales y
culturales, así como el espíritu de la competencia desenfrenada, que genera
egoísmo y lucha".
"Que también rechacen los modelos económicos inhumanos
que crean nuevas formas de pobreza y marginación de los trabajadores",
sentenció Francisco en la multitudinaria ceremonia.
Hoy Corea conmemora al aniversario de su independencia del
Imperio Japonés y en la misa el Papa expresó su esperanza de que los jóvenes
del país se conviertan en "una generosa fuerza de renovación espiritual en
todos los niveles de la sociedad".
Entre los participantes en el multitudinario servicio
religioso, al que Bergoglio accedió en un "papamóvil" blanco sin mampara,
se encontraban unos 30 familiares de víctimas del naufragio del ferri Sewol, un
suceso que dejó en abril 304 muertos, la mayoría estudiantes de bachillerato.
El viaje de cinco días del líder de la Iglesia Católica a
Corea del Sur, que alberga a 5,4 millones de fieles de esta religión, se
considera histórico al ser el primero de un papa al país en 25 años y la
primera en dos décadas a Asia Oriental.