No seamos cainitas: hay que confiar en una Roja que tanto nos ha dado
domingo 15 de junio de 2014, 10:02h
País de extremos. No futboleros, salvo raras excepciones
como Navas o Deloufeu -cómo se echaron en falta en la horrorosa segunda parte
ante Holanda para cambiar el monótono chip-, sino de personas e ideas. Por arte
de birlibirloque y olé, de los mejores del mundo, a los peores. Y "no es
esto, no es esto", cual afirmaba Ortega -el filósofo, no el coletudo ahora
encarcelado- para otrasd cuestiones quizás menos baladíes. Es verdad que la
humillación ante la 'oranje' es de las que hacen historia, es verdad. Y que la
Roja no dio la talla en ese horroroso segundo tiempo, mayormente por los
tremebundos fallos de los otrora casi infalibles Casillas, Ramos y Piqué. Y que
se ha complicado muchísimo la clasificación, aunque dependemos de nosotros
todavía ganando a Chile y goleando a Australia. Y que tan feo como el
resultado, que ya es decir, fue la imagen. Es verdad...
Pero no lo es menos, la confianza que todavía tiene este
sensacional equipazo. Sí, el mismo que ha logrado lo que ningún otro en la
historia: tres títulos consecutivos: dos Eurocopas y un Mundial. Sí, el mismo
que ha revolucionado el fútbol con su 'jogo bonito', con su apuesta por cuidar
el elemento básico, que es el balón, y moverlo con criterio. El mismo que ha puesto
de moda esta manera de entender el deporte rey, que ya imitan o intentan otras
selecciones antes sólo físicas -Alemania, Inglaterra- o defensivas -Italia-. El
mismo que, además, ha dado una magnífica imagen de la marca España, también por
su humildad y limpieza en los partidos. El mismo que...
Podríamos seguir, pero creo que no es necesario. Se insiste
en que el palo en el debú mundailista fue enorme e inesperado, se insiste. Pero
no hay que rasgarse las vestiduras ni pedir la jubliación de los jugadores y
hasta de Del Bosque. Han demostrado en otras ocasiones -el Mundial ganado en
Sudáfrica, que se inció también perdiendo ante la débil Suiza- que son capaces
de levantarse. Han demostrado en decenas de ocasiones que son magníficos, que
saben jugar al fútbol y no se les va a olvidar ahora. Merecen, como los
emprendedores que fracasan en alguno de sus intentos, una segunda oportunidad.
La que dispondrán ante Chile, en un partido ya dramático en
el que hay que vencer sí o sí,el próximo miércoles 18. Una oportunidad que se
han ganado con su historial del que tanto hemos presumido y que ahora, tan
extremos que somos, tan cainitas, parece que se ha olvidado. De modo que
démosle esa oportunidad y ya hablaremos después si no la aprovechan. La Roja se
lo merece. Y olé.