red.diariocritico.com
Medios y política: Shock

Medios y política: Shock

Por Soledad Guarnaccia
jueves 06 de febrero de 2014, 10:22h
Las tapas de la revista Noticias despliegan una mirada misógina en que el cuerpo de la mujer aparece siempre como un cuerpo patológico.
 
Las noticias convertidas en revista son el cumplimiento efectivo de -lo peor de- la razón periodística. Walter Benjamin lo explicó mejor que nadie: la información y sus principios (novedad, brevedad, inteligibilidad y falta de toda conexión entre las noticias aisladas) operan excluyéndose del campo de experiencia del lector. Nada de lo que se informa podrá ser agenciado como experiencia. Como escribe Miguel Castro (cantante del grupo elctropop Victoria Mil cuyo guitarrista es hoy el marido de Sofía Gala): "las noticias dicen lo que viene no sos vos". Si no es posible una experiencia -es decir, tener algo para contar al prójimo- a través de la lectura de los periódicos y revistas, sin embargo, sí nos enfrentamos a la vivencia de un shock.
 
¿Qué es un shock? Siguiendo a Benjamin, releamos al Freud de Más allá del principio del placer: "Para el organismo viviente la defensa contra los estímulos es una tarea casi más importante que la recepción de éstos; el organismo se halla dotado de una cantidad propia de energía y debe tender sobre todo a proteger las formas particulares de energía que la constituyen respecto al influjo nivelador, y por lo tanto destructivo, de las energías demasiado grandes que obran en el exterior". Ese desborde de energías proveniente de la exterioridad, es la amenaza del shock.
 
Las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, que buscaron destruir el arte como esfera autónoma de la sociedad burguesa, hicieron del shock su gesto distintivo, con el objetivo de fracturar la relación hipnótica del sujeto con la obra de arte. Pero este proyecto fracasó y resultó refuncionalizado por el mercado: la publicidad (no sólo la de jabones Cadum que lanzó a la fama a Susana) tiene en el shock a su paloma mensajera, para que la mercancía no ingrese jamás sin violencia al universo del "receptor".
 
Esta violencia en forma de shock se verifica en numerosas tapas de la revista Noticias, pero lo paradójico de esta publicación es que, más que shockeante, se torna repetitiva como una compulsión. Este efecto no se produce de cualquier manera sino de una muy especial: a través de una singular clase de misoginia por la cual el cuerpo de la mujer aparece siempre como un cuerpo patológico.
 
Así, la última tapa de Noticias, que muestra un exagerado primer plano del rostro de Susana Giménez acompañado de la leyenda "El shock de los setenta", se inscribe en una larga saga de intervenciones de la revista sobre cuerpos de mujeres que cuentan con algún tipo de poder, con especial encomio con la figura de la Presidenta. "Intimidades del shock", rezaba una tapa en que el rostro de Cristina aparecía intervenido al modo de un manual de anatomía, recortado en la zona de la tráquea para señalar la localización un carcinoma; "El goce", titulaba otra, para retratar con la estética del animé a Cristina lanzando un gemido en una suerte de "orgasmo de poder"; "La reina está desnuda", dice finalmente una tapa más reciente, en la que el rostro de Cristina es adherido al cuerpo desnudo de una modelo mediante la técnica del Photoshop. Todas estas tapas reconocen a su vez como antecedente aquella que caracterizaba a la presidenta como bipolar y trastornada.
 
En todas estas intervenciones hay un patrón común (con la significativa excepción de la famosa tapa que en 1990 mostraba a María Julia Alsogaray luciendo sólo un abrigo de piel): el cuerpo femenino aparece para revelar, como dijimos, una patología que la publicación viene a diagnosticar, y por ende a tratar; y, en general, dicha patología es descrita como el desacople entre las representaciones que esas mujeres tienen de sí y lo que la "verdadera" realidad les demostraría. El cuerpo femenino así patologizado aparece siempre al borde de la locura y ese mensaje es avalado por psicoanalistas que recetan "reforzar el yo" y periodistas que cuentan la historia de la sabiduría oriental y occidental en dos o tres páginas.
 
De este modo, lo "normal" y "saludable" se recorta en contraste con estas figuras femeninas alocadas, maníacas o deprimidas, cuyo crimen consistiría en ser poderosas. Por ende, en estas publicaciones el principio de realidad queda del lado de lo masculino, en tiempos en que nuestra sociedad asiste a casos extremos de violencia de género, que probablemente guarden relación con una lenta pero sostenida desnaturalización de la ideología que justificaba esa violencia, es decir, el machismo; ideología según la cual sólo es admisible la mujer que coincide con su "ideal", el de la madre santa.
 
En síntesis, cuando el shock se vuelve repetitivo, cuando tiene que retomar el gesto violento de restitución del ideal, lo que produce no es una provocación, sino un intento más bien desesperado por recomponer los valores más conservadores que circulan en nuestra sociedad: el machismo, la misoginia, el individualismo y la caracterización de los conflictos en términos patológicos. El shock, así, deviene en ritual cuyo éxito depende del tedio y la hipocresía de un lector que, acechado en pleno verano, busca una experiencia y apenas consigue, si tiene suerte, una aventura.
 
*En colaboración con Mariano Dorr.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })