Breves vacaciones para Rajoy en Washington
domingo 12 de enero de 2014, 14:27h
Ir a Washington, ser recibido por un Obama sonriente en la
Casa Blanca, reunirse con la señora Lagarde, ahora que el Fondo Monetario
Internacional ha dejado de hostigarnos, y almorzar con la Cámara de Comercio,
arropado por César Alierta y los poderosos del Consejo de la Competitividad, es
algo que supone, imagino, una especie de breve vacación para Mariano Rajoy,
agobiado como está, me dicen, por tantas cuestiones internas para las que no se
encuentra una rápida solución. Una especie de mini-vacación...sobre todo cuando
en el equipaje llevas una reducción de más de un cincuenta por ciento en la
prima de riesgo en relación con lo que ocurría hace apenas dos años. Mariano
Rajoy ha ido a Estados Unidos a triunfar este lunes. Un triunfo breve, pero que
no será, confiemos, efímero.
Claro que hay que desearle suerte al presidente del Gobierno
español ahora que hace las Américas. Gentes hay que siempre miran estos viajes
con un cierto complejo de inferioridad y una falta de sentido de lo que debe
ser eso que han dado en llamar 'marca España'. Nuestro país es un buen aliado
de los Estados Unidos -ni siquiera hemos protestado demasiado por el espionaje
de la NSA--, y sigue estando en una situación estratégica interesante, tanto
que hace que Washington desee para España el estatus de una nación fortalecida
y no desgarrada por separatismos que allí, federales como son, no entienden. Y,
además, Rajoy es portador de buenas noticias económicas, al menos desde el
punto de la macroeconomía, que son las noticias que a Obama, como vigilante de
la estabilidad del mundo, le gustan.
No veo, pues, nada que pueda ensombrecer la visita de
Mariano Rajoy a la capital del Imperio. Excepto, claro, el viaje de vuelta. Las
fotografías del apretón de manos con Obama pasan; la crisis política, a lo que
se ve, permanece, y no puede considerarse que unos lejanos brotes verdes
económicos despejen el horizonte de unas encuestas que, pertinaces, pasan
factura al PP -y al PSOE, y a todos-por los muchos errores y negligencias
políticos cometidos. Rajoy tendrá que regresar a España de inmediato, y no se
va a encontrar rostros tan complacientes como en Washington. O como el viernes
en Toledo, donde parece que los 'ejecutivos' del PP, reunidos en 'cumbre' con
él, no fueron capaces de decirle cuánto
se ha equivocado con su pasividad en Cataluña, con las 'pasadas' de Jorge
Fernández en el País Vasco, con el proyecto de reforma legal del aborto de
Gallardón, que, según algún sondeo de este domingo, son cuestiones que ya le
están pasando factura -aún más-- en intención de voto al PP.
Pero, ya digo, es el momento de felicitarse por la sin duda
buena acogida que va a encontrar en la Casa Blanca un gobernante español
respetable, con fama de honesto y también de tener un carisma entre exiguo y
nulo. Personalmente confío en que Obama, que se la ha jugado varias veces en
política interna cuando pensaba que había que hacerlo, dé algún consejo
fructífero a nuestro presidente, que sigue empeñado en aplazar cualquier
decisión espectacular de las muchas que todos estamos aguardando.