Las cartas del Abuelo Pascasio: el "clan del Clarinete" perdió la partitura

Muy querida nieta Cristina:
                                                                                             
                Antes de que vuelvas al laburo ---que será dentro de unos días--- te queremos hacer llegar nuestra más sincera felicitación por el éxito democrático de tener  definitivamente aprobada una Ley de Medios. Nuestra experiencia nos dice que la generosa tierra que nos acobijó será más rica si cuenta para expresar su pluralidad de ideas y propuestas con unos medios de prensa independientes. Queremos decir que lo saludable es que cada ciudadano elija el diario o revista que quiere leer y que pague por ello para sostener la viabilidad de la empresa editora. Unos comprarán "A" y otros "B" o "C" pero todas las empresas pagarán lo mismo por el papel que utilizan.
 
                Bueno, Cristina, te conocemos y sabemos que te calentás mucho delante de las injusticias. Tu carácter medio gallego no te permite dejar que nada importante te resbale. Las ingratitudes te duelen y afectan tu salud. Creo te será de utilidad el reproducirte una frase del periodista Álex Grijelmo recogida de su columna dominical La punta de la lengua: "Las declaraciones de los personajes públicos pueden medirse con tres reglas distintas: lo que dicen con sus significados, lo que dejan de decir con sus silencios y lo que dicen y podían haberse callado". Perdoná si me meto en terreno que desconozco pero si lo hago es con la intención de ayudarte a que te quedés con la alegría de unas urnas que apoyaron mayoritariamente al FPV.
 
                Te habrás dado cuenta que si menciono el texto de Grijelmo es para que pensés bien lo que vas a decir en tu primera comparecencia pública luego del susto que nos diste. Los micrófonos estarán pendientes de tus declaraciones. Aunque tu corazón te empuja para decir lo que piensan millones de argentinos sobre que el "Clan del Clarinete" es de la peor calaña posible al poseer un ADN formado por una irreprimible avaricia que se adereza con una metodología mafiosa. No te preocupés. Te aseguro que la gente normal ---menos los mercenarios--- no se olvida que nadie fue juzgado por la inducción al suicidio del propietario de "Papel Prensa". Los que piensan con el bocho saben que el humo quiere ocultar el interés económico de una guita que el "Clan del Clarinete" se lleva de forma ilegítima al ser ellos los únicos vendedores de papel para las diferentes empresas editoras de prensa.
 
                Los abuelos deseamos que los dos años que te quedan de mandato sean llevaderos. Desgraciadamente, no será así. Los enemigos del bienestar y del crecimiento y de los planes PRO.CRE.AR buscarán formar un nuevo grupo sobre la base de los actuales componentes. Se comenta que se llamará "El Clan del Clarinete Macri" para ahorrar en registro de copyright y aprovechar el valor de una marca de ineficacia garantizada. Acá es donde se puede apreciar ---nos parece--- que se mueren de rabia al tener que cumplir con lo establecido en la Ley de Medios con referencia a los espacios electorales gratuitos. No soportan el que todas las opciones políticas tengan la misma visibilidad en un proceso electoral. ¡Hay que joderse, che! El pueblo argentino dejó atrás la infancia. Antes cualquier muñequito juntaba votos. Ahora el adulto que lucha por su familia sabe que el camino del futuro no pasa por enloquecerse detrás de un dólar.
               
 
                               Me despido. Te dejo que vayas a morfarte el caldito que te recomendé. No te rías, no hay mejor dieta que la de un calentito caldo gallego al día. Te recuerdo que nuestro querido Centro Gallego sigue necesitando del apoyo del gobierno. El interventor La Blunda está laburando bien pero no puede hacer magia y arreglar de un día para otro una mala gestión de años en caída libre. Recibí un abrazo cariñoso del abuelo emigrante que se alegra al ver que la orilla rioplatense vuelve a ser aquel espacio de paz donde los horneros construyen su nido.
 
 
                                                                                                              Pascasio Fernández Gómez