Sin avances en la causa
El padre de la activista argentina de Greenpeace presa en Rusia pudo visitar a su hija
jueves 24 de octubre de 2013, 23:39h
Néstor Speziale, padre de Camila, la activista de Greenpeace
detenida hace más de un mes en Rusia por participar de un acto de protesta
contra una plataforma petrolera en el Ártico, pudo visitar a su hija, luego de
llegar a aquel país, a pesar del temor que tenía de que no le permitieran
verla.
Speziale pudo ver a su hija y abrazarla esta mañana, tras
confesar que fue "muy difícil" y que la visita estuvo gobernada por
la emoción, según consignó Greenpeace que acompaña a los 30 detenidos de
distintas nacionalidades que participaron de la protesta, entre los que está el
argentino Hernán Pérez Orsi.
"Estoy comprobando acá que se está haciendo todo lo
posible para que esto llegue al mejor final", dijo Speziale y agregó que
encontró a Camila entera.
Al salir de la visita, el padre de la activista argentina
comentó que "lo que pasó quedó atrás, habrá polémica o no habrá; a mí me
interesa cómo se movió solidariamente la gente con la misma bandera que nos
impulsa a nosotros como familia, que es lo humanitario por arriba de todo".
Aseguró que "desde el rol de padre me he encontrado con
grandes sorpresas, que hacen de esta historia, una historia de servicio. Y el
servicio alcanzó a niveles altos que uno no imagina, me refiero a niveles como
la Embajada, la Cancillería, que pasaron a ser ´Juan Carlos, Jorge o
Rafael'", en referencia a los funcionarios argentinos en Rusia, Jorge
Zobenica, Juan Carlos Kreckler y Rafael Patrick Gnani.
"Y esta historia de servicio -continuó- es acorde y
fortalece la vocación de servicio que la moviliza a ella, fortalece lo que a mí
más me importa, que es lo solidario".
La ambientalista fue detenida por guardacostas rusos el 19
de septiembre durante una protesta contra la exploración petrolera de Gazprom
en el Ártico, junto a otras 29 personas.
Todos los detenidos fueron acusados de piratería, pero ayer
el Tribunal Arbitral de Murmansk, modificó la causa por `vandalismo
organizado`, que tiene una pena máxima de 7 años de prisión, aunque los
habilita a la libertad bajo fianza.