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Descuelgues

Descuelgues

jueves 24 de octubre de 2013, 12:54h
Las palabras de Sergio Massa durante la campaña en relación con dejar de discutir el pasado fueron dichas, no casualmente, en contextos conservadores que fueron símbolos de la violación de los derechos humanos en la última dictadura. Y también subrayó sus discursos con hechos concretos.
 
Sergio Massa bajó el cuadro de Néstor Kirchner, el presidente que bajó los cuadros de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, que se encontraban colgados en el Colegio Militar.
 
Consecuente de principio a fin fue Sergio Massa en esta campaña electoral. Dio un claro indicio de sus inclinaciones, cuando en los primeros días de julio fue de recorrida a Bahía Blanca. No por casualidad, en esa ciudad, una de las más conservadoras del país, y con un pasado teñido de sangre por los crímenes cometidos allí por la última dictadura cívico militar, Massa tuvo palabras claramente dirigidas a la política de derechos humanos llevada adelante por Kirchner, que posibilitó que se reactivaran los juicios pendientes contra militares y civiles que participaron de las desapariciones, los asesinatos y los robos de bebés, perpetuados entre 1976 y 1983.
 
En aquel jueves 11 de julio, un mes antes de las PASO, Massa dijo que en octubre se ponía en juego "la posibilidad de construir el futuro y de dejar de discutir el pasado". Esa frase no resonó en cualquier lugar de la provincia de Buenos Aires, sino en uno de los mayores símbolos del terror sembrado en aquellos años oscuros. Mirta Mántaras, abogada de derechos humanos en esa ciudad, dijo en alguna oportunidad que "la represión en Bahía Blanca fue de las más duras del país por su intensidad pero también por su crueldad".
 
Tampoco fue casualidad que Massa eligiera a Juan José Alvarez como jefe de campaña. "Conozco desde hace más de cinco años al candidato y lo considero un excelente elemento que no defraudará la confianza que en él se deposite. Un fuerte abrazo", fue lo que escribió en 1981 Albano Harguindeguy, ministro del Interior de la dictadura y responsable de los campos clandestinos de detención que funcionaron en las delegaciones de la Policía Federal; en una carta que le envió a Carlos Martínez, quien dirigía el Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), donde Alvarez ingresó gracias a Harguindeguy.
 
Y no fue producto del azar, que el director del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Vicente Massot, acusado de complicidad en el secuestro y homicidio de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, haya dicho que "Sergio Massa de lejos hoy es el político con más futuro en la Argentina".
 
A pocos días de las elecciones, Massa tuvo un nuevo gesto que termina de cerrar el círculo abierto en julio en esa ciudad, donde pidió "dejar de discutir el pasado". Previo a un acto en Mercedes, donde el intendente local, Carlos Selva, aliado de Massa mandó a "apretar" periodistas, en un operativo de características similares a los que se utilizaban en la dictadura para secuestrar gente; Massa mandó a bajar un cuadro de Néstor Kirchner, colgado en una pared del local donde iba a hablar. Hace casi una década, Kirchner tuvo la valentía de bajar los cuadros de Videla y Bignone. Hoy Massa tiene la valentía de bajar el cuadro de Kirchner.
 
Varios meses antes de morir, Videla dijo "nuestro peor momento llegó con los Kirchner". Hoy Massot dice "Massa es el futuro".
Y Massa, que "es el futuro" y que propone "dejar de discutir el pasado", al bajar el cuadro de Kirchner, está bajando la bandera de lucha por los derechos humanos, por la memoria, la verdad y la justicia. Esa bandera que durante años estuvo guardada, y que Néstor desempolvó el día en que vino a proponernos un sueño.
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