Comercio internacional: La Argentina en el tremedal
Por
Néstor Pablo Aleksink
jueves 01 de agosto de 2013, 23:26h
Sabido es que, en nuestro país, encontrar problemas donde
hay soluciones es deporte nacional. El sinsentido y los contrasentidos locales
son una fuente inagotable de análisis más no de comprensión práctica.
En estos momentos de gran profusión de propaganda electoral,
nos muestra a las claras que indudablemente el componente intelectual de
nuestra sociedad está en franca decadencia, y da la sensación que los
postulantes abonan el pan y circo criollo, hablando mucho sin decir nada, y sin
elaborar una sola propuesta. Obviamente, comercio exterior, exportaciones o
temas análogos no están presentes en el discurso que mencionaba.
Hago mención a este tema, dado que si bien opinar de
comercio exterior no es para todos, la realidad indica que hay muchos
empresarios que ven complicados sus procesos productivos por la imposibilidad
de acceder a insumos desde el exterior por las trabas a las importaciones, y
aunque parezca un contrasentido, exportar no es hoy un proceso que se vea
facilitado o estimulado de verdad desde el gobierno.
Ante esta situación, la diatriba morenista no tiene
opositores, y por aquello que en el país de los ciegos el tuerto es rey, la
mojiganga que genera no tiene límites y se maneja a su antojo. La aplicación de
las licencias no obedece a un plan estratégico de la economía, sino como
respuesta indocta a proteger el que parece el único objetivo real: mantener a
como dé a lugar el superávit comercial externo.
La falta de transparencia de este régimen es lo que, a las
claras, aparece como el punto focal de todo reclamo interno y externo. Lo es
desde sus orígenes: el estado no admite y menos en épocas electorales, que todo
esto tiene cobijo en la ley 26.279 que prorroga la emergencia económica local
hasta el 31/12/2013, en realidad ésta es la última prórroga de la ley 25.561
dictada en el año 2002 y que fue extendida en su vigencia siete veces desde
aquel año.
La ley original establece que el Ejecutivo tiene potestad
para proceder al reordenamiento del sistema financiero, bancario y del mercado
de cambios, reactivar el funcionamiento de la economía y mejorar el nivel de
empleo y de distribución de ingresos, con acento en un programa de desarrollo
de las economías regionales y crear condiciones para el crecimiento económico
sustentable y compatible con la reestructuración de la deuda pública.
Es decir, no sólo justifica los descalabros morenistas, sino
también se justifica en este paraguas el que te digan cuanto podés gastar en un
viaje al exterior, eso sí, podés blanquear divisas de dudoso origen sin
problemas, pero no cometas el "delito" de gastar más de u$s 100 por día en un
viaje de negocios en el exterior procurando aumentar las ventas de tu empresa,
eso es imperdonable.
Estos temas, entre otras cosas, es lo que votan los
diputados que serán elegidos en las próximas elecciones y de lo que nadie
habla. Téngalo en cuenta cuando le echa la culpa sólo al gobierno, la
incapacidad de entender los problemas también está del otro lado.
Como nuestro país está en emergencia económica, el argumento
de las denuncias por la aplicación de
licencias ante la OMC carece de fuerte sustento, ya que éste es el principal
argumento por el cual se las aplica, y fundamentalmente porque quiénes
denuncian también lo hacen en sus países, pero de un modo más prolijo.
Ahora, el organismo internacional prevé que ante la
aplicación de estas medidas, el régimen debe ser transparente en la información
para los usuarios, es decir, los importadores, y es en ese punto donde la
autoridad de aplicación local hace agua.
El trato y las admoniciones anónimas de personeros que dicen
representar los intereses de la Secretaría y conminan a la presentación de
listas de precios, propuestas de exportaciones para compensar importaciones y
demás yerbas que se le puedan ocurrir al desconocido interlocutor, es "el"
argumento por el cual no se aprueban las DJAI's y éste método se da de bruces
con lo exigido por el organismo multilateral y también con cualquier intento
lógico de razonamiento comercial.
No obstante, vale aclarar, así los empresarios hagan las
presentaciones que se les solicitan, esto no es sinónimo de obtener las
licencias.
El garete no termina allí. La permanencia en el tiempo de la
emergencia económica no puede justificar una prohibición de hecho de importar o
que se te obligue a exportar cuando no forma parte del giro comercial de una
empresa.
Los que estamos en el comercio exterior desde hace mucho
tiempo, sabemos que un proyecto de exportación no se lleva a cabo de la noche a
la mañana y menos por imposición de un funcionario, lo único que se ha logrado
es que en algunos casos las nominatividad de las exportaciones cambie de
empresa en lo interno pero sin generar en la práctica una incremento genuino de
exportaciones, además de un incremento de costos internos por el "pasaje" de la
exportación ya sea por el mecanismo de "cuenta y orden de terceros" o por un
acuerdo más amplio desde lo contractual con su consecuente carga impositiva.
¿Cómo no estar de acuerdo en defender la industria nacional
de productos importados?, esto no admite siquiera discusión, pero con
sinceridad, alguien puede explicar cuál es el sector que se defiende, si las
trabas son indiscriminadas no importando el producto de que se trate????, es el
"no" por el "no" mismo, sin importar consecuencias ni como producto de un
análisis de cuáles son los productos que puedo comprar en el ámbito local sin
proveerme del exterior.
Pero de momento, el secretario la tiene "más larga" y el
resto debemos seguir mirando y aceptando esta irrealidad, so pena de recibir
retos, amenazas y suspensiones. O recurrir a la justicia con un amparo, aunque
esto es sólo una broma para salirse un poco de lo tragicómico de la situación.
Y como colofón, a pesar de todas estas situaciones que rozan
lo kafkiano, el resultado que se obtiene no es el deseado: en el primer
semestre si bien se mantiene el superávit, la brecha entre compras y ventas
externas se redujo notablemente, y con seguridad al final del presente año no
llegará a los u$s 10.ooo millones deseados.
Los datos del mes de julio mostrarán un universo de una
nueva caída del superávit comparada con el mismo período del año anterior, y el
mantenimiento de un leve crecimiento de las exportaciones empujadas más por
efecto precio que por efecto cantidad.
En las relaciones internacionales la situación es compleja y
también de difícil discernimiento. Estados Unidos trabaja en silencio y está
logrando su objetivo: dividir a América Latina en dos ejes en lo que a temas
políticos y económicos se refiere: se profundiza cada vez más la presencia de
dos ejes en la región: el eje del Pacífico (encarnado por Chile, Perú, Ecuador
y Colombia) y el eje del Atlántico (Mercosur ampliado con Bolivia).
La presencia de Venezuela trajo más inconvenientes que
beneplácitos: se aprovechó el momento de la suspensión (oportuna) de Paraguay
para que entre por la ventana, hoy los guaraníes se plantean determinadas
exigencias para volver al ámbito mercosuriano, pero en realidad atrás de estos
reclamos subyace un concepto de oportunidad de permanencia (o no) dentro del
bloque regional, ya que a los empresarios paraguayos les cuesta digerir cuales
son los beneficios de permanecer dentro, y observan las tentaciones de los
beneficios de estar por fuera.
De todos los países del bloque, claramente Paraguay es el
que tiene mayores dificultades de observar un comercio internacional
íntegramente legal, sus fronteras son una invitación a las transacciones
oscuras y esto lo sabe desde el primer
político hasta el último empresario, además que es el país donde se verifica
que el 90% del comercio internacional está concentrado en no más de una
cincuentena de empresas, en su mayoría de carácter trasnacional.
La permeabilidad de sus fronteras y de las regulaciones
aduaneras no se hacen eco de las normas de origen y de otras normas presentes
en nuestro proceso de integración, por ello habrá que ver cuál será el devenir
del futuro paraguayo en el Mercosur.
En ese marco se inscribe el objetivo de lo mediato de las
relaciones internacionales argentinas, sin olvidar lo que suceda en OMC: a las
denuncias que tenemos sobre las licencias, que originaron en su momento la
eliminación de las licencias no automáticas y que en un futuro no muy cercano
morigerarán el actual escenario de las famosas DJAI, también hay que observar y
seguir nuestras denuncias sobre el acceso restringido de nuestras exportaciones
de biodiesel, limones y otros artículos con destino a la UE, EE UU y Japón.
No será un frente de conflicto pero si de negociación, donde
seguramente la sangre no llegará al río y se obtendrá una solución salomónica
que deje satisfechos a todos los involucrados. La asunción de un nuevo jefe de
origen brasileño no será un tema menor para estos menesteres.
El escenario restrictivo es de carácter internacional y
nuestro país no es el único que ha establecido barreras a las importaciones,
por lo cual el marco multilateral de discusión será la OMC, que tiene por
delante varios desafíos, a saber:
Admitir la presencia del neoproteccionismo como corriente
contraria al libre comercio, con la aparición de nuevas barreras no
arancelarias al comercio
Una nueva realidad del fundamento de la existencia del
organismo, que fue creado en la época de la posguerra con ideas surgidas por
los ganadores de la contienda, pero que la realidad de hoy muestra un
corrimiento de quiénes son los que deciden en la economía internacional (BRIC y
demás)
Un escenario global diferente, con multiplicidad de acuerdos
de integración que favorecen el intercambio intrazona, pero son claramente
restrictivos para el resto.
Por todo esto, es que la Argentina necesita dar cobijo a
ideas de mediano o largo plazo en lo que a comercio internacional se refiere.
Es necesario definir el perfil de asociatividad externa de nuestro país y
defenderla a rajatabla, así sea que en coyunturas el escenario no sea del todo
favorable, pero para mostrar por una vez por todas previsibilidad y sentido del
apego a las normas que nosotros mismos ayudamos a redactar, pero que somos los
primeros en no respetar.
Esto es, palabras más palabras menos, una Política de Estado
seria en el tema, y no políticas de gobierno de parche que han demostrado su
completa inutilidad y que son contrarias al objetivo de crecimiento que
plantean en lo declamativo.
Debemos tener memoria y aplicarla sabiamente para no repetir
errores del pasado.
Ya hemos pasado por aperturas totales de nuestro comercio,
también por intervencionismos histriónicos, acuñamos frases como "el que puesta
al dólar pierde", "estamos condenados al éxito", recorrimos el "sueño" de tener
cohetes a la estratósfera o trenes bala, décadas ganadas y demás sandeces.
La realidad es que el tiempo pasa, los funcionarios
incapaces permanecen un tiempo, reinventan el presente y luego se van dejando
atrás un estropicio, (y lo que es peor, algunos regresan disfrazados de
"opositores") pero la Argentina tiene un proyecto precario, una sociedad
impertérrita ante lo que está sucediendo y que muere por inseguridad o en los
medios de transporte.
De organización o previsibilidad en el comercio exterior o
las relaciones internacionales, ni hablemos.
Ojalá podamos, entre todos, torcer el rumbo.
Un saludo cordial.
Mg. Néstor Pablo Aleksink
Especialista en Relaciones Internacionales y Comercio Exterior
Director Ejecutivo del Programa Argentina Exporta.