red.diariocritico.com
Cambiando de vereda...

Cambiando de vereda...

Por Ricardo Lafferriere
sábado 13 de octubre de 2012, 22:19h
Un nuevo papelón, agregado a los tantos protagonizados por el país y la señora presidenta en los últimos años. Esta vez, ha sido el embargo del buque escuela de la Armada Nacional en un puerto africano.
 
                Mucho puede argumentarse como "interpretación" del hecho. Incluso hasta derivar en el tono épico del comunicado de la Cancillería, que emula la vacía agresividad de la propia Jefa del Estado en su discurso ante Naciones Unidas, agraviándose porque la presidenta del FMI trató a su administración de mentirosa. Como si no lo fuera...
 
                No pagar las cuentas no tiene ningún contenido épico, ni ético. Tampoco mentir.
 
                La situación que atravesó la Argentina como consecuencia del desbordado endeudamiento que generó la administración del Dr. Menem -la que, bueno es recordarlo, recibió en su momento el apoyo de quien hoy gobierna y de quien fuera su marido- desembocó inexorablemente en la crítica situación del cambio de siglo. El gobierno que sucedió a Menem no recibió la misma solidaridad para arreglar la deuda que la que había recibido de Menem para endeudarse, y el país estalló por no poder responder a sus obligaciones.
 
                Llegó el default, y luego la "restructuración" forzosa a los acreedores imponiéndoles una quita de más del 60 %. Entre esos acreedores se encontraban todos los jubilados argentinos, cuyos recursos habían sido forzosamente "prestados" al gobierno nacional.
 
                La mayoría aceptó la quita. Se trataba de créditos institucionales, que las entidades descargaron en los incautos e indefensos ahorristas minoristas, quienes al final sufrieron el default perdiendo gran parte de sus ahorros. Pero otros no la aceptaron, y tenían derecho a hacerlo. Nadie tiene obligación de perdonar sus acreencias, como nadie había obligado antes al gobierno argentino a contraer la deuda.
 
                Siguieron esperando, y no faltaron quienes compraron esos créditos para perseguir su cobro. El gobierno los descalificó como "buitres", ante la frívola algarabía de los aplaudidores de turno, disfrazando de una especie cruzada "nacional y popular" lo que no era otra cosa que el comportamiento típico de un deudor tramposo.
 
                Estos acreedores residuales se han convertido en perseguidores implacables de los fondos públicos argentinos. El gobierno que decretó la quita, que lleva casi una década en funciones, ha sido incapaz hasta ahora de dar solución a ese problema. En lugar de hacerlo -habiendo atravesado en ese lapso "la mejor etapa económica de la historia argentina", según el oficialismo- ha preferido seguir impostando su discurso épico. Agreguemos: escasamente ético.
 
               Así llegamos al presente. No sólo debe prescindirse del Tango 01 para los viajes presidenciales, por temor al embargo. Ahora tampoco puede salir con tranquilidad la Fragata Libertad, embargada en un puerto de Ghana, país africano que, aunque pobre de solemnidad, se encuentra muy por encima del nuestro en confiabilidad internacional y tradición de cumplimiento de sus obligaciones.
 
                La Argentina, mientras tanto, debe cuidarse por donde camina. Al igual que los deudores consuetudinarios, tiene que ir cambiando de vereda constantemente, para no toparse con algún acreedor que le reclame lo que debe.
 
                Triste situación para un país que alguna vez fue ejemplo del mundo. Es la que recibirá como herencia el gobierno que siga al kirchnerismo pero que avergüenza y debemos sufrir, mientras tanto, los argentinos de hoy
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })