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España, su 'grupo de notables' y mas recuerdos de la crisis argentina del 2001

España, su "grupo de notables" y mas recuerdos de la crisis argentina del 2001

viernes 22 de junio de 2012, 01:50h
Primero fue Grecia y ahora España, el país que con la crisis de su sistema bancario es cada vez es más parecido a la Argentina del 2002.


Hace exactamente 10 años se lanzaba la convocatoria para determinar la emisión de las series los bonos Boden (2005, 2007, 2012) en el país, la solución que se encontró para salir del corralón de los depósitos en dólares.


Gracias a las políticas implementadas desde el 2003, que a diferencia de los `90 no persiguen el rollover y el endeudamiento en los mercados externos, esa carga sobre la deuda pública que el gobierno pagó durante 10 años -en los primeros años la carga de deuda fue más pesada, ya que también hubo Boden 2005, y 2007- se desvanecerá por completo en próximo 3 de agosto, cuando el Gobierno nacional realice el último pago del Boden 2012.


Por casualidad del destino, España presentó hoy un informe de "evaluadores independientes" contratados por el gobierno de Mariano Rajoy, quienes determinaron que la banca española requerirá hasta unos 62.000 millones de dólares para sanear su sistema financiero.


Las cifras de las necesidades de la banca española son más amplias que los 40.000 millones de euros calculados hace unas semanas por el FMI, si bien un poco menores al paquete de salvataje prometido por el FMI y la Unión Europea, que aseguraron disponer de 100.000 millones de euros para el rescate del sistema financiero español.


Sin embargo, los mercados parecen desconfiados, de hecho la Bolsa española recibió la noticia de los resultados de las "prestigiosas" consultoras Oliver Wyman (de Nueva York) y Roland Berger (Alemana) con una caída de 0,33%, y siguen firmes las voces calificadas como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, que sostienen que España terminaría de todos modos aplicando un corralito.


Esta situación rememora épocas pasadas en la Argentina. ¿Alguien recuerda el "consejo de notables independientes" que realizó una evaluación de la Argentina de 2002?


Por esta misma época del año -un 22 de julio del 2002-, arribó al país un grupo de sabios conformado por el ex gobernador del Banco de España Luis Angel Rojo; el gerente general del Banco de Pagos Internacionales, Andrew Crockett; el ex gobernador del Banco Central de Canadá John Crow, y el ex presidente del Bundesbank Hans Tietmeyer.


La misión del consejo era abordar soluciones al "levantamiento al corralito financiero" y "garantizar la viabilidad el sistema financiero".


Por entonces la presidencia era de Eduardo Duhalde, y el equipo comandado por Roberto Lavagna, con apenas un par de meses en el poder, se vio obligado a aceptar las exigencia del FMI y la comunidad financiera internacional de la visita de este consejo de notables, que seguían insistiendo con más recetas de ajuste.


El "grupo de notables" subrayó la necesidad de "un ancla monetaria creíble, un banco central autónomo y un programa fiscal fuerte", el FMI supeditó un nuevo acuerdo al cumplimiento de estas metas.


Los notables también analizaron las medidas que se fueron tomando en el sistema financiero desde que Domingo Cavallo anunció el corralito en diciembre del 2001.


En efecto, el martes 20 de junio del 2002 la Argentina lanzaba la convocatoria para que los ahorristas que sufrieron el corralón y la pasificación, puedan acceder a bonos en dólares, que se denominaron Boden, que lograron apaciguar -si bien no eliminar- la presión por los amparos judiciales.


Esta convocatoria fue producto de la aparición famoso decreto 905/2002 diseñado por el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna (publicado el 1 de junio en el BO), que dio el marco de solución a los depósitos atrapados en el corralón, y en el caso del Boden 2012, se materializó en agosto, el mes donde por 10 años consecutivos el Gobierno pagó 2.300 millones anuales.


La negativa de la Argentina a aceptar más ajuste propuesto por los notables provocó un largo invierno en las negociaciones con el FMI y se alcanzó un pacto para la elaboración de un miniacuerdo con el Fondo, por seis meses, para garantizar la transición electoral.


En mayo de 2003 Néstor Kirchner ingresó a la Presidencia y comenzó a cambiar las relaciones de fuerza con el FMI.


Prefirió ignorar recomendaciones de ajuste, y abstenerse de mayor financiamiento, para ganar autonomía y encontrar una "solución argentina" al problema de la crisis económica y de la deuda.


Promovió con éxito una operación de reestructuración de deuda que -hasta que llegó Grecia- fue la quita más grande de la historia, aún con el rechazo de la banca internacional.


Logró cancelar toda la deuda con el FMI con reservas, al igual que los hizo su par en Brasil, Lula da Silva, lo que le permitió ganar grados de libertad en materia de política económica.


La política de desendeudamiento continuó durante la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que concretó el segundo canje de la deuda del 2010, bajo la gestión económica del ex ministro de Economía y actual vicepresidente, Amado Boudou, lo que reportó una aceptación de casi el 93% del total de deuda en default (81.000 millones de dólares era la deuda en default con los privados).


Además, la Argentina logró independizarse de los indicadores del mercado como el riesgo país, que marcaron durante la Convertibilidad, y a medida que avanzaba la crisis, el ritmo de los paquetes de salvataje y las operaciones de deuda -como el blindaje por 40.000 millones de dólares, y el megacanje de deuda, por 30.000 millones de dólares- y un alto costo de financiamiento.


De esta forma, se logró reducir a menos del 15% del PIB la deuda pública con el sector privado -hay una menor exposición a los humores del mercado-, mientras que deuda total respecto del PBI argentino representa sólo 42,7%, un nivel que envidiable hoy tanto para los Estados Unidos como para Europa.


El próximo 3 de agosto, el Ministerio de Economía, que hoy conduce Hernán Lorenzino, realizará el último pago de todos los Boden emitidos, el último resabio de la crisis del 2001.


La Presidenta garantizó públicamente el pago del Boden en dólares, en medio del nerviosismo inicial generado por las mayores restricciones para la compra de dólares.


A partir de 2013, se liberará del lastre y dejará de desembolsar unos 2.300 millones de dólares anuales
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