La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) está comenzando
a mirar hacia un horizonte lejano. Los países miembros dan muestras de estar a
la altura de las circunstancias al ir más allá de la pobre y reduccionista
lógica de ofertas y demandas mercantiles. Están entendiendo que la inversión
pública en infraestructura es una parte central de las política de comunicación
y un fuerte sostén de la soberanía tecnológica.
La primera jornada del evento
Patria Grande Conectada estuvo
atravesada por una idea fuerte: los pueblos a América Latina se van a unir
antes que los Estados, la cultura común es la que finalmente va a integrar la
Patria Grande. Funcionarios argentinos y varios representantes de países
sudamericanos sostuvieron que las nuevas infraestructuras en telecomunicaciones
de la UNASUR deben orientarse a la integración y la inclusión de los pueblos
del sur.
Integrar e incluir: estos son los dos objetivos principales
de las políticas públicas de inversión en infraestructura tecnológica de la
región. Puntualmente, hacia este rumbo se orienta la
Red para la Conectividad
Suramericana para la Integración, una red regional que -en su parte Argentina-
contará con el aporte del
Plan Nacional de Telecomunicaciones Argentina
Conectada y el tendido de la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO).
Con diferencias y particularidades, los expositores
remarcaron el gran aporte regional que significó la nueva Ley de Servicios
Audiovisuales de la República Argentina. Las mesas mostraron que existe desde
los Estados una fuerte preocupación sobre cuáles son los temas que construyen
las agendas de comunicación y de telecomunicaciones de la región.
Afortunadamente, cada vez es más claro que ambas agendas se han politizado y la
región en su conjunto comienza a debatir los procesos de democratización.
El tipo de integración que está desarrollando la UNASUR
también fue uno de los temas centrales de la jornada. Varios expositores
pusieron énfasis y remarcaron la forma abierta, transparente y decidida que
está adoptando ese proceso en la región, al que relacionaron con la inclusión
social de la ciudadanía.
En este sentido, la cultura en común de los países del sur
fue otro de los eje centrales de las presentaciones. Durante las mismas
sobrevoló la idea de que invertir en una infraestructura común de
telecomunicaciones de la UNASUR puede potenciar aún más la unión e integración
de los pueblos. Compartir la cultura en común y extender las industrias
culturales puede favorecer una mayor y mejor integración política de los países
del sur.
La integración regional debe atender, además de las agendas
de medios y telecomunicaciones, las estrategias nacionales y regionales sobre
las agendas científico-tecnológicas. ¿Dispone la región de ciencias y
tecnologías para una mejor integración? ¿Éstas se compran o se producen local /
regionalmente? Cada vez es más claro que la dependencia científico-tecnológica
es también una dependencia cultural. Soberanía tecnológica también es
identidad.
El Dr.
Ariel Vercelli
es Presidente de BIENES COMUNES A. C. e Investigador del CONICET / IEC-UNQ