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Sintonía fina: que no se escape ni uno...

Sintonía fina: que no se escape ni uno...

Por Ricardo Lafferriere
domingo 19 de febrero de 2012, 00:46h
Empiezan los "diferenciales", colectivos que, según el kirchnerismo, utilizan las personas de "alto nivel adquisitivo" y que por lo tanto, no merecen ser subsidiados. Al parecer, serán los primeros en ser privados del subsidio al gasoil, lo que provocará un aumento de sus tarifas que no puede ser inferior al 100 %, según anuncian voceros de las empresas.


Darse una vuelta por Plaza Once, terminal de varios de estos servicios, dará una fotografía cabal del "alto nivel adquisitivo" de quienes utilizan el servicio. Allí se observan oficinistas que vienen desde La Plata, viajando parados, mozos de bares o restaurantes, enfermeros de hospitales públicos, personal de servicio doméstico, operarios o trabajadores de servicios varios que llegan desde diferentes lugares del conurbano.


Viajar en el "diferencial" les permite, en el mejor de los casos, esquivar la tortura del hacinamiento en trenes de los que no sabe si saldrá vivo, o si llegará con lo que subió; y en el peor, simplemente llegar a su trabajo porque no existe otro transporte público que lo lleve. En muchos casos, una vez que termina el tramo del "diferencial" debe tomar otro transporte, sea colectivo local o subte, para llegar hasta su lugar de labor.


Personalmente, me gusta utilizar para mis desplazamientos el subte. A pesar de los malos ratos que generan los sorpresivos reclamos y los paros sin aviso, compensa por su rapidez. Pero en ocasiones, suelo usar el servicio "diferencial" del 194, o del propio 68. Me llama la atención siempre observar el pasaje con el que comparto el viaje: abuelos llevando sus nietos al colegio, señoras mayores -sufriendo para subir o bajar- que van a su cita en el hospital o a cobrar su jubilación, y muy pocos como yo que lo hacen porque ese día hay huelga de subtes.


En los viajes de regreso del centro, es curioso ver a obreros de la construcción, con sus cascos en la mano, dándose el "lujo" de viajar sentados luego de jornadas agotadoras, o a personal doméstico por hora, volviendo luego de trabajar -seguramente- en varias casas de familia.


Seremos ahora todos objeto de la "sintonía fina". En los casos de transportes sin SUBE -la mayoría de los diferenciales- la tarifa, que ya era el doble de la común, se duplicará. No se sabe qué ocurrirá en los que sí tengan SUBE -si es que alguno lo tiene-.


Lo que sí es seguro es que de a poco, la sintonía fina logrará su objetivo: que ninguno se escape del cristinazo.


Mucho menos los de "alto poder adquisitivo".
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