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Los fondos buitre: ni inversión ni negocio, especulación de la peor

Los fondos buitre: ni inversión ni negocio, especulación de la peor

domingo 22 de enero de 2012, 19:03h
Formalmente, quieren ser reconocidos como "fondos de inversión", fondos dispuestos a "asumir un alto riesgo para encontrar oportunidades". Fondos que sacan del apuro a quien lo necesite comprando al menos por algo lo que parece inviable. Técnicamente, "instrumentos especializados en reestructuraciones". Pero los conocemos bien: son "fondos buitre".
Compran por cientos para vender por millones sin ninguna invención productiva genial de por medio. Más bien lo contrario: su única herramienta es la especulación sin límites en tiempos de crisis. Ese tipo de fondos financieros se ganaron con justicia el mote de buitres cayendo sobre deudas de naciones de economías agonizantes para volar luego a los tribunales y reclamar a un valor nominal de 100 un título que se valuaba en la décima parte o menos.Como declaró el año pasado el veterano ejecutivo de uno de los "fondos buitre" que ya desplegaba sus alas, esta vez, sobre España: "Crisis financiera y recesión es un entorno perfecto para esta industria, y además hay volúmenes de activos con problemas para aburrir".
Argentina los conoce y los resiste. Lo dijo la presidenta Cristina Fernández, en la Asamblea Legislativa que inició su segundo mandato en diciembre pasado y sobre  otra reestructuración de deuda externa: "A los fondos buitre que buscan qué cadáver queda para carroñear... no va a ser sobre la Argentina, se los puedo asegurar".
De todos modos, lo intentan. Los fondos EM Ltd. y NML Capital Ltd. acudieron ante la misma Corte Suprema de Estados Unidos para intentar un último manotazo de ahogados: reclamar la embargabilidad de fondos del Banco Central de la República Argentina a favor de tenedores de bonos, un imposible técnico y jurídico que ya fue desechado por un tribunal de apelaciones estadounidense en su reclamo del pago de papeles por 105 millones de dólares.El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió en 2011 que fondos buitre planteaban demandas por  más de 1.500 millones de dólares que amenazaban a varios países.  El Banco Mundial tenía referencia reciente de por lo menos 26 fondos buitre detrás de la deuda de países pobres que habían hecho acuerdos de reestructuración en busca de alivio para sus economías.
La ambición es tan desmedida que hasta forman -y financian- lobbies o grupos de presión que recorren los despachos oficiales, las cámaras del Congreso y las redacciones de los diarios y revistas especializadas.Argentina ya regularizó la situación de más del 90 por ciento de los pasivos en default. Y los 3.500 millones de dólares mencionados por los fondos buitre representan, en verdad, el monto nominal de los reclamos iniciados en juzgados de Estados Unidos y, en su mayoría, por ciudadanos que no son norteamericanos (abarcan sólo 8,3 por ciento del total de monto reclamado, 300 millones).
Por ejemplo, de un grupo de 15 acreedores de bonos de deuda argentinos por más de 25 millones de dólares cada uno, 9 tienen radicación en Islas Caimán. Así, de aprobarse aquél proyecto, los fondos buitres terminarían más beneficiados y mucho más rápidamente que los bonistas norteamericanos que razonablemente entraron en planes de reestructuración de deuda.Cuando Argentina cayó en default , en 2001, el PBI había caído más de 20 por ciento desde 1998, el desempleo superaba el 25 por ciento, la pobreza rozaba el 50 por ciento, los bancos quebraban y los depositantes perdían sus ahorros.
El proceso de reestructuración de la deuda argentina ha sido de las más complejos y tambien, de los mas exitosos. Involucró 152 tipos de bonos en 7 divisas diferentes bajo 8 legislaciones distintas.Argentina lo completó tras 70 consultas con grupos de acreedores. Lo hizo sin apoyo financiero internacional y, por si fuera poco, debió seguir pagando cuotas de deuda al FMI, hasta que la canceló totalmente.A los bonistas se les ofreció una reestructuración en la que podían compartir los réditos del futuro crecimiento del país con cupones atados al PBI. El 76,15 por ciento aceptó y hasta el 82 por ciento en el caso de deuda bajo jurisdicción del distrito de Nueva York.
Actualmente, ante la persistencia de reclamos de unos pocos bonistas, Argentina coopera judicialmente, pero sostiene su posición en términos de equidad y de no discriminación frente a pagos ordenados por algunos tribunales estadounidenses, apoyado en el derecho internacional y en la ausencia de un régimen acordado globalmente para enfrentar default soberanos.
La sociedad argentina y su economía han vuelto a conformar un cuerpo vivo y en desarrollo, y con los suficientes anticuerpos contra los especuladores que engordan con la desgracia ajena. Le vimos demasiado de cerca el rostro a los buitres como para olvidar ahora lo que significan
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