Cuando Merkel asegura que nos esperan "años de
dificultades" y Mariano Rajoy dice que "esto no está para
cenas", habrá que empezar a pensar en tomárselo en serio. Nos adentramos
en un mes de diciembre bronco, en el que "muchas cosas han de ocurrir y en
el que todo puede comenzar a enderezarse...o torcerse aún más", como
comentaba ayer, con una sonrisa entre burlona y resignada, un interlocutor a
quien se considera llamado a ejercer altas responsabilidades.
En esta semana que comienza, los titulares van a estar
acaparados por Europa. La 'cumbre del euro', ya inequívoca y no sé si muy
democráticamente pilotada por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, suscita no pocas
aprensiones. Y tensiones. Los gobiernos europeos sondean, con enviados
especiales a Berlín y París, el clima antes de que, este fin de semana, empiece
un cónclave que todos consideran decisivo. Y aseguran que el pacto
francogermano también está averiguando discretamente hasta qué punto los otros
miembros del club están dispuestos a ceder soberanía fiscal -que es como ceder
casi toda la soberanía-en beneficio de la Unión.
Dos días antes, muchos de los miembros de ese club se verán
las caras en Marsella, en la 'cumbre' del Partido Popular Europeo, donde
Mariano Rajoy va a ser la figura más novedosa, al menos en su actual condición
de presidente 'in pectore'. El activo secretario general del PPE, Antonio López
Istúriz, militante del PP desde los primeros tiempos de Aznar, se ha asegurado
de que esta vez Rajoy -cuya afición por la vida diplomática es perfectamente
descriptible-no sea personaje de segunda fila. No se lo puede permitir, ni
puede dar la apariencia de ser un testigo mudo de lo que decida el conglomerado
'Merkozy'. Entre otras cosas, porque sabe que hay estudios que demuestran que
el euroescepticismo, por decir lo menos, está incrementándose de manera
alarmante en España, entre otras naciones del Viejo Continente. Y ese es un
dato a tener muy en cuenta.
Luego, tras esa 'cumbre' europea de cuyos resultados poco
puede ahora anticiparse, vendrá, en España, todo lo demás: la constitución del
Parlamento, la investidura de Rajoy, el nuevo equipo de Gobierno, el primer
Consejo de Ministros, las primeras medidas de ajuste...Va a ser un ritmo
informativo verdaderamente frenético el que nos espera ya a la salida de este
'puente' festivo de un país que, ya se ve, no está para cenas, sino para tragar
sapos.
fjauregui@diariocritico.com