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6D, una celebración cada vez más pobre

6D, una celebración cada vez más pobre

   Resulta por lo menos curioso que en los aniversarios de la Constitución los cronistas destaquen más las ausencias que las presencias. También ha ocurrido este año pese al estado de alarma en el que nos movemos y así se convierte en noticia la no presencia de Maria Teresa Fernández de la Vega y las ya acostumbradas ausencias de los nacionalistas y de los ex presidentes González y Aznar. Yo no sé pero ante el deterioro de la "fiesta", tal vez convendría ir pensando en un cambio y hacer una celebración de otro tipo donde no fuera tan notoria la falta de interés que parece suscitar la efeméride.

   Es posible que después de 32 años, la Constitución haya dejado de ser noticia y sólo se hable de ella o bien para reformarla o bien para sacar a relucir lo del "estado de alarma". Y esa posible falta de interés es mejor entenderla como algo positivo: la gente ya ha asumido la Carta Magna y para una importante cantidad de españoles -nada menos que dos generaciones- no existe otra historia que no sea la constitucional. Podemos contarles el pasado y lo que costó llegar hasta aquí, pero no creo que sea conveniente exagerar la nota y seguir programando "Libertad sin ira" como el gran himno de nuestra particular hazaña. Hicimos -peor o mejor- lo que teníamos que hacer y poco más. Ya está hecho y llevamos instalados casi más tiempo en libertad que en el franquismo.

   Habría que replantearse pues la fiesta del día 6 o, mejor dicho, no la fiesta sino la celebración en el Congreso porque ya no van ni los políticos, porque la gente pasa y solo los más apasionados se citan en la carrera de San Jerónimo para repartir palmas y pitos a unos y a otros. El deporte del abucheo siempre ha tenido adeptos pero no son todos los que pitan. El personal va por libre y cada año le sorprende algo ajeno a la cosa. Este 2010 lo recordaremos por la batalla de los controladores, un error imperdonable del gremio que -digo yo- nunca previo que las cosas se les fueran tan de las manos. Contra la sociedad siempre se pierde y contra un Gobierno débil se pierde aun más. Pero sobre esto ya se ha escrito todo y se seguirá escribiendo aun durante bastante tiempo. Sin entrar en esa dialéctica, me pregunto y pregunto a quien corresponda que fue de los 800 expedientes abiertos en el Metro de Madrid  tras la huelga salvaje ¿siguen su trámite? ¿Pelillos a la mar? Porque sería grave que en este país la justicia funcionar según fueran los salarios. Ya veremos en qué queda todo aunque me niego a eso que se ha dado en llamar "sentencias o sanciones ejemplares" porque en un estado de derecho no cabe la ejemplaridad sino el cumplimiento de la ley.


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