Pesar en Argentina por la muerte de Marcelino Camacho

Camacho fue un destacado sindicalista y defensor de los derechos humanos y en 1935, con sólo 17 años, se afilió al Partido Comunista, compromiso que lo llevó a luchar en las filas republicanas durante la Guerra Civil.

Finalizado el conflicto, fue detenido en Madrid y comenzó un peregrinaje por la cárcel hasta que escapó en 1943. Luego de 14 años de exilio, regresó a España y fue elegido representante de los trabajadores de su empresa y fue uno de los impulsores de las Comisiones Obreras (CC.OO.) que defendían los derechos de los trabajadores al margen del sindicato único impuesto por el franquismo.

Por este motivo, nuevamente fue encarcelado en 1967, cuando pasó nueve años en prisión. El proceso judicial en su contra y de sus compañeros sindicalistas (Proceso 1.001) se convirtió en un símbolo mundial de la lucha por las libertades políticas.

Hasta después de la muerte de Franco, en 1975, Camacho continuó en la cárcel. En 1976, Camacho fue elegido primer secretario general de Comisiones Obreras, lugar que conservó durante 11 años.

El fallecido líder sindical mantuvo permanentemente un fuerte compromiso con la lucha por los derechos humanos en el mundo y en particular en la Argentina. Abrió la organización sindical para trabajar en la denuncia internacional de los crímenes cometidos tras la imposición del terrorismo de Estado en nuestro país el 24 de marzo de 1976.

Camacho fue un permanente promotor de la solidaridad de los trabajadores españoles con el exilio argentino, promoviendo igualmente campañas especificas por los dirigentes sindicales argentinos encarcelados y desaparecidos.

Considerado el padre del sindicalismo moderno español, Camacho fue también una de las figuras claves en los debates de la transición hacia la democracia española.