Enrique Krauze este premio “reivindica grandes omisiones”

El historiador mexicano Enrique Krauze aseguró hoy que la concesión del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa reivindica en cierta manera "las grandes omisiones" históricas de la Academia Sueca, como la del argentino Jorge Luis Borges.

"La Academia Sueca, al honrar a Vargas Llosa, se honra a sí misma y se reivindica un poco de las grandes omisiones que ha tenido en este siglo, en particular con Borges", aseguró Krauze, que se encontraba de visita en Nueva York cuando se anunció la concesión del galardón al escritor peruano.

Por esa casualidad, pudo felicitar en persona a su "amigo de hace 30 años" tras la conferencia de prensa que Vargas Llosa celebró en el Instituto Cervantes de Nueva York.

Krauze explicó a la prensa a la salida del breve encuentro que el nuevo Nobel de Literatura le dijo: "Qué sorpresa nos han dado los suecos!".

Para el intelectual mexicano, el galardón supone un triunfo de la literatura en español, de la democracia y de América Latina, entre otras cosas.

Además, describió a Vargas Llosa como "un hombre en perfecto control de sus emociones y su lugar en el mundo", al tiempo que destacó "su caballerosidad, su rectitud, su pulcritud moral, su inteligencia, pero siempre con elegancia y nunca desbordada".

Sobre el estilo literario del nuevo Nobel, el historiador mexicano lo definió como "un realismo, que nunca es mágico, pero es más mágico por no serlo".

"Es un realismo de una nitidez y una claridad, que puede llegar a ser muy crudo. Y así ha pintado los fanatismos de nuestro continente", subrayó.

Entre estos fanatismos, prosiguió Krauze, se encuentran los fanatismos religiosos, del poder, del caudillismo y del indigenismo, ya que "no hay un 'ismo' contra el que Vargas Llosa no haya apuntado".

Vargas Llosa, nacido en 1936 en la ciudad peruana de Arequipa y que también tiene la nacionalidad española, es el primer escritor latinoamericano ganador del Nobel de Literatura desde el mexicano Octavio Paz, en 1990.

El autor de "La ciudad de los perros" ganó el Premio Nobel de Literatura por su "cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo", según la explicación de la Academia Sueca.