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Homenaje a cinco años del fallecimiento de Manolo del Campo

Homenaje a cinco años del fallecimiento de Manolo del Campo

El viernes en el Centro Asturiano

El Conjunto Pelayo de Manolo del Campo del Centro Asturiano de Buenos Aires invita a la ceremonia de emplazamiento del busto de su fundador y director D. Manolo del Campo que, con motivo de cumplirse cinco años de su fallecimiento, tendrá lugar el próximo viernes 15 de mayo a las 19 hs en la sede social ubicada en Solis 485, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Un grande de la música española

Manolo del Campo, apelativo con el que fue conocido en la Avenida de Mayo, (su nombre real Manuel del Campo y del Campo), en el Centro Asturiano de Buenos Aires, en cualquier asociación de la colectividad española o en cualquier sitio en que suenen las notas de una jota, una muñeira o aún una chacarera, es uno de esos notables personajes. Ha dedicado su vida a difundir por toda la Argentina y por España, el folklore y las costumbres de los millones de inmigrantes españoles que arribaron a estas tierras, atesorando puntillosamente trajes, formas de baile y tradiciones de las culturas  que conforman a España.

Llegó a la Argentina en 1949 proveniente de Llanes, una localidad de Asturias, y aunque en ese momento no se lo había propuesto, se transformó en el maestro que enseñó a cientos de argentinos, y a los mismos españoles, la belleza y las singularidades de sus raíces culturales. Su labor, o tal vez sea mejor definirlo como su legado ya que fue concebido a lo largo de medio siglo de trabajo, es el Conjunto de Danzas Pelayo, una institución de casi 70 bailarines, que posee una escuela a la que concurren más de 30 chicos y un vestuario de 800 trajes regionales, realizados respetando hasta el más mínimo detalle, con un capital de conocimiento de numerosas piezas musicales, con sus partituras y pasos de baile, de todas las regiones de España y, en menor medida, de las provincias argentinas. No existe otra agrupación folklórica hispano-argentina de esas características y que se aproxime a su antigüedad, 50 años de existencia continua.

 Al tiempo conoció a un señor gallego, llamado Cañizo, que tenía una banda pequeña y tocaba en Casa de Galicia. Bailaba con él, que tocaba jotas y muñeiras.

Así se fue generando un cuerpo de baile, al que denominó PELAYO, por alusión al legendario héroe asturiano que derrotó en Covadonga a los árabes en el siglo VIII, independiente de las instituciones.

Diversas circunstancias hicieron que el grupo, que cada vez crecía más, luego de transitar por varios lugares de ensayo, entre los que se puede memorar una vieja sala de la actual avenida Gaona, cercana al monumento al Cid Campeador y pegada al desaparecido café Urbión, hasta la antigua sede del Centro Riojano Español en la avenida Independencia que luego se trasladó al edificio de Moreno y Colombres. Este lugar fue sitio de ensayo y reunión durante gran parte de la vida del Conjunto.

La divulgación del folklore español no solo se limitó al grupo Pelayo. También formó grupos en el Centro Región Leonesa, la Sociedad Falla Valenciana “El Turia”, Centro Cangas del Narcea, Centro Navarro.

Pero como no podía ser de otra manera finalmente, retornó al Centro Asturiano.

Una de las características sobresalientes de Manolo del Campo y su conjunto, ha sido la de bailar para todo público, para todas las asociaciones de inmigrantes, sin importar su bandería política, su origen, su capacidad económica o status social. Decía: "Yo no quería mezclar la política, en parte porque no entendía mucho. A mi la política me quitó a mi padre cuando tenía cuatro años, que fue asesinado por los franquistas".

A pesar de que la condición de inmigrantes iguala a todos los individuos en un mismo dolor y angustia por su tierra, muchos no sabían diferenciarlo por el odio generado en la Guerra Civil. Manolo tuvo que padecer algunas cuestiones lamentables.- "Yo tengo un traje de porruano que en esa época no me lo dejaron poner porque no lo conocían, y decían o presuponían que era un traje franquista... Es un traje que yo quiero mucho porque es de mi pueblo. Mi padre pertenecía a un grupo al que se le llamaba los porruanos. Esa palabra viene de Porrua, que es un pueblo, y seguramente la gente de ese pueblo fue la que implantó ese baile. Mi madre fue la que me lo enseñó. Como a mi padre lo mataron cuando ella tenía 28 años, ella no salió más a bailar, pero me enseñaba en casa".

Como todo inmigrante que añora volver a ver o intensificar el conocimiento de sus raíces, Manolo viajó 49 veces a España. Sin embargo, tenía también otro motivo:  -"Todos los años, voy a una región distinta de España a aprender bailes, especialmente en los últimos 25 años. Si los bailes que tengo desarrollados están mal hechos, no tengo la culpa yo ¿Entendéis? Entonces todos los años traigo cosas nuevas y las vuelco en mis muchachos, porque si las aprendo yo y no las enseño, cuando vengo después me olvido. Lo mismo con las músicas, yo tengo una pila de partituras de todas las comunidades, de las Baleares, de las Canarias, de Galicia, que está a un paso de mi tierra; Valencia, en donde fui a hacer un curso que duró 7 días…”.

La función de maestro no sólo la ha desempeñado en la Argentina, también en su tierra, en donde el Ayuntamiento le ofreció un cargo para que se quedara a impartir clases:

"Lo que pasa es que yo no puedo quedarme en mi pueblo, porque tengo que echar a media familia. Allí bailan todos, pero como ellos quieren, como les da la gana, dan la vuelta para allá y otros para el otro lado. En un conjunto no se puede hacer eso".

La capacidad y la maestría bien pueden encontrar su adecuada descripción en una anécdota sucedida cuando sus amigos del Casal de Cataluña en Buenos Aires lo invitaron a bailar, con motivo de la visita del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol: "Cuando se enteró que éramos los del Centro Asturiano, los que íbamos a bailar para homenajearlo, mandó a una persona, porque tenía miedo que hiciéramos cualquier cosa. ¡Imagínate, asturianos bailando catalán! Los de la otra punta. Cuando vino acá ese hombre me dijo: "…esto sólo lo pudo aprender en Barcelona".__ Y así es, yo lo aprendí con el señor Comas, para eso me fui cuatro veces a Barcelona, porque es muy difícil el baile catalán, no es sólo la sardana. Porque es tan apagado, pero tan apagado que nosotros que somos del norte atlántico, que es pura sangre...", concluye "…eso a los chavales míos, tener que hacer esos movimientos de brazos, esos gestos tan..., afrancesados, acotó el interlocutor, "…eso, y los nuestros; ¡que va!; no lo entendían. A mi me dieron una copa y unos gemelos de oro".

Mantener un conjunto como el Pelayo no sólo es complicado desde el punto de vista económico, sino también desde la cohesión humana del grupo y desde la continuidad. Pero Manolo, también tuvo previsto el futuro y ha preparado de igual forma a quienes se puedan desempeñar como futuros líderes: "Ya hay cuatro o cinco chicas y tres o cuatro muchachos que están capacitados para enseñar y dirigir. Por ejemplo, hay una chica del Pelayo que está enseñando en el Centro Riojano, y también otra del conjunto que está enseñando Andaluz.”

En sus inicios como bailarín los mejores recuerdos los tiene para la Casa de Galicia: "Arranqué a inicios de los años 50 con Celia Caneda, una verdadera institución en la danza, y con Dopazo. También estaba Montero. Para mí, en aquella época era el mejor conjunto de la Argentina. Éramos todos jóvenes, llegamos a bailar en el Teatro Colón".

También integró el cuerpo estable del Teatro Avenida durante cinco años, en la época de "las romerías", aunque nunca quiso vivir de la danza: "Trabajaba en una fábrica en Morón y por eso nunca iba a las giras, por eso me despidieron en el teatro, que hacían por el interior o a otros países. La plata que ganaba con el baile la destinaba para viajar a España y a arreglar la casa de mi madre".

Mas tarde culminó en la agencia de viajes española en la Av. De Mayo, donde no solo le organizaba los viajes a los coterráneos, sino también se había constituido en su “oficina” de atención y lugar de referencia.

Con el Conjunto ha viajado por toda la Argentina y también por  España (tres parejas en 1995, un número mayor en 1996, 55 integrantes en 1999 y otros tantos en el 2003)

Se presentó ante los presidentes Perón, Alfonsín y Menem (cuando era gobernador los invitó para el aniversario de los cuatrocientos años de La Rioja), también ante autoridades españolas, sin ir más lejos se presentó para el Rey Juan Carlos (en esa famosa ocasión que le robaron por unos minutos la capa a la Reina Sofía en el Centro Galicia, en los festivales celtas. Asimismo, fueron uno de los números principales del enorme desfile que se realizó para el 12 de octubre de 1962 en Avenida de Mayo.

Otra cuestión para destacar es que varios directores de conjuntos folklóricos, especialmente del interior, se acercaban para aprender bailes y conseguir partituras musicales, como por ejemplo Susana D'Alu, de la provincia de Neuquén, en donde por lo menos una vez al año se presenta el Pelayo.

Manolo fue considerado como el más popular asturiano de la capital argentina.

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