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Después de amasar una fortuna con el ramo de los supermercados, el millonario Ricardo Martinelli gobernará Panamá, justo cuando la economía comienza a decaer fuerte afectada por la crisis económica mundial.
El conservador magnate, hijo de inmigrantes italianos, fue declarado vencedor el domingo por la tarde por el tribunal electoral mientras lideraba el conteo con más del 60 por ciento de los votos.
En una llamada telefónica transmitida por medios locales, el presidente del tribunal lo felicitó por su triunfo "indiscutido" sobre la candidata oficialista Balbina Herrera, cuando Martinelli llevaba más de 20 puntos porcentuales de ventaja con más del 43 por ciento de los electores escrutados.
Martinelli, de 57 años, se presentó a las elecciones presidenciales respaldado por una alianza opositora que supo explotar el descontento de la población ante el aumento de los precios por la crisis global y la creciente violencia.
En los comicios del 2004, Martinelli, líder del partido Cambio Democrático y educado en Estados Unidos, había quedado último de cuatro candidatos.
Su campaña de televisión lo mostró trabajando en una planta procesadora de plátanos o arrojando basura en un camión recolector, lo que le ganó la simpatía de la clase trabajadora y el sector pobre, alguna vez base de apoyo del gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD).
"Vamos a trabajar en un gobierno de unidad nacional, porque todos somos panameños y tenemos que cambiar este país", dijo Martinelli durante la llamada telefónica del tribunal.
La economía de Panamá, basada en el tráfico de su famoso canal e impulsada por la construcción de lujosos departamentos, se ha desacelerado en los últimos meses debido a la caída en el comercio internacional. Martinelli dijo que buscará impulsarla con proyectos de obras públicas.
OBRA PUBLICA CONTRA LA CRISIS
El magnate ofreció durante su campaña atraer la inversión extranjera para proyectos turísticos como puertos para cruceros y aeropuertos, y destinar más gasto gubernamental para infraestructura pública, incluyendo líneas de metro para aliviar los embotellamientos de la capital.
La dolarizada economía del país fue la de mayor crecimiento de Latinoamérica en los últimos dos años, con tasas cercanas a los dos dígitos.
Los especialistas esperan que el crecimiento caiga a un 3 por ciento este año o aún menos, mientras se pronostica que muchas otras economías latinoamericanas se contraerán.
Martinelli, que financió su campaña con dinero de sus bolsillos logrando superar por mucho el gasto de Herrera, ha dicho que los líderes empresariales deben participar en política para contrarrestar el avance de la izquierda "populista" en Latinoamérica.
El año pasado, en una entrevista con una revista local, el empresario, quien en 1989 estuvo cerca de la ruina por los saqueos a sus negocios tras la invasión de Estados Unidos para derrocar al dictador Manuel Noriega, se refirió a los izquierdistas como "populistas con sueños de opio".
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