El comienzo del desbloqueo de las infraestructuras de Madrid arranca este miércoles. Según informaron a Madridiario fuentes del Ejecutivo madrileño, el nuevo ministro de Fomento, José Blanco, ha aceptado reunirse con Esperanza Aguirre dentro de dos días en la que será su primera recepción a un presidente autonómico.
A pesar de la premura, la Comunidad de Madrid ya tiene preparadas las reivindicaciones clave que va a hacer a Blanco, las mismas que ha venido demandando sin éxito a la saliente -
y polémica- Magdalena Álvarez: el traspaso de las gestión de Cercanías,
el desarrollo del
'plan Zapatero' para el mismo con 5.000 millones de euros de inversión, y el cierre de la M-50 bajo el monte de El Pardo, que hará la Comunidad pero debe consensuarse con el Estado para conectar la prolongación.
Además de éstas, Aguirre insistirá en la participación en el Aeropuerto de Barajas, la primera industria regional, la autorización para llevar el
metro hasta Torrejón y Majadahonda a través de las vías de Cercanías, y los prometidos
carriles Bus-Vao que descongestionen las entradas a Madrid por las carreteras nacionales.
Con pies de plomo
El encuentro, a pesar de la cordialidad que José Blanco y Aguirre se demostraron en la toma de posesión de éste, no será fácil. De hecho, los cruces de acusaciones entre ambos han sido duros y el nombramiento del vicesecretario general del PSOE (el segundo al mando de Zapatero en el partido) no cayó muy bien en el círculo de Aguirre ni en el PP en general, ya que se le considera el núcleo duro del socialismo más recalcitrante. El Gobierno de Aguirre por su parte difunde como máxima que el Estado somete a Madrid a una campaña de "acoso" permanente y en particular con las infraestructuras, donde no deja de repetir que Moncloa no invierte "ni un euro en obra nueva".
Sabedores de ello, el propio Blanco invitó a Aguirre a su toma de posesión para acercar posturas y la presidenta aceptó, comenzando así el 'marcaje' a un ministro que considera fundamental para sus planes. No en vano, la construcción de hospitales y la ampliación del metro han sido las principales bazas electorales del PP de Madrid en los dos últimos comicios.
Ahora, Aguirre intentará encarrilar unas relaciones que habían quedado prácticamente rotas con Magdalena Álvarez y lo hace con buena disposición. Para la presidenta se abre una "nueva era y una nueva etapa positiva" en la que tiene la "confianza" de que se va a lograr el "consenso" con el Estado: "No he tenido nunca complejo en criticar al Gobierno cuando no se ha portado bien con los madrileños. Pues tampoco lo tengo ahora en decir que queremos mostrar al nuevo ministro nuestra gratitud, confianza y esperanza".
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