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Informe del IPEP

Aumentan los sembríos ilegales de coca

Aumentan los sembríos ilegales de coca

El tráfico ilícito de drogas en nuestro país ha crecido a niveles verdaderamente alarmantes y avanza incontenible a espacios nunca antes imaginados. Esa es la conclusión a la que llega el estudio hecho por Jaime Antezana, especialista en el problema del narcotráfico en el Perú, para quien la actual realidad del narcotráfico se resume en el hecho de que hemos pasado de ser un país productor de PBC (pasta básica de cocaína) a uno productor y exportador de cocaína.

Entre las alertas del estudio de Antezana, denominado “El nuevo rostro del narcotráfico en el Perú”, y que se expusieron durante una reunión de trabajo organizada por el Instituto Peruano de Economía y Política (IPEP) y en la que participaron representantes de los principales partidos políticos y asociaciones civiles, hay una que resalta: en la actualidad son 13 las áreas donde el cultivo ilegal de la hoja de coca se ha incrementado.

A las zonas conocidas del VRAE y el Alto Huallaga, se suman territorios de Ucayali, Cusco, Puno, Pasco, Áncash, Amazonas, Cajamarca, Loreto y La Libertad, que han empezado a incrementar su producción. Solo en tres regiones se realizan tareas de erradicación (Huánuco, San Martín y Ucayali). Desde 1999 hasta el 2007, explica el informe, el área de cultivo se ha incrementado en 15.000 nuevas hectáreas. Y la tendencia es a seguir creciendo.

EL ESTILO MEXICANO
Esta nueva realidad del narcotráfico en el Perú es consecuencia de la reciente etapa en que este ha ingresado. Entre 1980 y 1995, la presencia de los cárteles colombianos y la producción de PBC era característico de ese período.

Desde el 2000, los cárteles mexicanos no solo han desplazado a los colombianos y tomado el control del mercado, sino que además le han impuesto su sello particular: la aparición del sicariato y el incremento del tráfico de armas.

La reproducción del estilo mexicano es la nueva expresión del narcotráfico en el Perú, lo que trae aparejados no solo un aumento de la violencia, sino también manifestaciones inéditas entre nosotros, pero que ya se están volviendo habituales. En lo que va del año, seis personas han sido asesinadas en lugares públicos y a plena luz del día como parte de un ajuste de cuentas entre bandas rivales. Una realidad a la que no ha sido ajena la capital.

Esta influencia mexicana ha causado que nuestro país se convierta en un productor y exportador de cocaína, con el consecuente surgimiento de un “cártel peruano” cuyo centro de operaciones está en Argentina, pero cuya provisión de cocaína y sicarios operan desde el Perú.

NARCOTRÁFICO Y POLÍTICA
Pero donde el narcotráfico representa una amenaza es en haber logrado penetrar la política peruana. Hasta ayer —señala Antezana— se sobornaban o compraban políticos, hoy financian sus campañas. “Ahí donde el narcotráfico pretende impunidad, financia candidatos”, explica el especialista. Más aun, son ellos mismos los que ingresan a la actividad política.

Por eso no es de extrañar que en aquellas zonas o regiones donde existen cultivos ilegales de hoja de coca y la actividad del narcotráfico es intensa y notoria, ningún alcalde o autoridad se pronuncie en contra de ellos. No es el temor —asegura— el que motiva esa actitud, sino la probada relación entre uno y otro.

Antezana dice que, desde el 2006, los grupos cocaleros han participado con éxito y candidatos propios en elecciones municipales y han logrado acceder a alcaldías regionales y distritales. Los casos de Nancy Obregón y Elsa Malpartida, destacadas dirigentes cocaleras que obtuvieron sus curules en las elecciones del 2006 (la segunda es parlamentaria andina) y que forman parte de la bancada humalista, constituyen una muestra de cómo hay un movimiento que enarbola la hoja de coca como reivindicación y discurso político, y logra réditos. Como parte de este discurso, están la negativa a la erradicación de cocales ilegales, la defensa de la coca como patrimonio cultural y natural del país y el rechazo a las guarniciones militares en las zonas de cultivo. Antezana afirma que con el pretexto de la presencia militar para la erradicación forzosa, los cocaleros ilegales han movilizado a la población en contra de las fuerzas del orden.

Como conclusión, en la reunión de trabajo se consideró grave que sorpresivamente se aprobara, hace dos semanas, en la Comisión de Defensa del Congreso, un proyecto de ley que da carta libre a la transformación y comercialización de la hoja de coca que se industrialice como harina y saborizantes para consumo humano, porque legalizaría los cultivos ilegales.

LAS CIFRAS
116.800
Toneladas de hoja de coca se producen al año en el país.

9.000
Toneladas de coca van al consumo tradicional e industrial. El resto va al narcotráfico.

53.700
Hectáreas ocupan los cocales en el país. 47.024 de ellas son utilizadas para el narcotráfico.

260
Toneladas de cocaína es lo que se estima que exporta el Perú anualmente. De ellas, 18 son para consumo interno

US.200
Millones es el valor en los puntos finales de consumo de esas 260 toneladas de cocaína. Tal monto se acerca a los US.300 millones obtenidos con toda la exportación minera del Perú en el 2008.

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