Zapatero 'se cuela' en el primer debate presidencial entre McCain y Obama

En un debate en el que la grave crisis económica que sufre Estados Unidos y la política exterior fueron los grandes temas, Obama reprochó a McCain que dijera en una entrevista hace unos días que no sabe si se reuniría con ZP.

"Ni siquiera dijo el otro día si se reuniría con el primer ministro de España, porque no sabía si están de nuestro lado. Por favor, ¿España? España pertenece a la OTAN", dijo Obama para ejemplificar el tipo de diplomacia que, a su juicio, quiere llevar a cabo el senador por Arizona si gana las elecciones del próximo 4 de noviembre.

El tema oficial del debate fue la política exterior y en ese sentido cobró protagonismo la guerra de Irak, a la que Obama se opuso desde un principio, pero a la que McCain dio todo su apoyo e incluso se mostró en 2007 a favor de enviar más tropas al país árabe.

"Esta estrategia ha resultado, estamos ganando en Irak. Veremos un aliado estable en la región y una joven democracia", dijo un McCain que, a lo largo de todo el discurso, miró en contadas ocasiones a los ojos de su oponente, quien, sin embargo, se mostró más seguro de sus capacidades dialécticas.

"La primera pregunta es si debimos de haber participado en esta guerra para empezar. Tenemos que utilizar nuestro ejército de forma sabia y no lo hicimos en Irak. La situación en Afganistán ha empeorado por fijarnos en Irak", contraatacó Obama, quien en un momento dado se preguntó "cómo pueden seguir mandando cintas de vídeo los autores" de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En materia exterior, Obama reiteró, además, su derecho a sentarse a negociar con líderes de países como Irán, Venezuela o Cuba y dijo que la estrategia de no dialogar ha resultado un fracaso y ha disminuido el prestigio de Estados Unidos en el mundo entero, "sobre todo en los últimos cuatro años".

Pero, como no podía ser de otra manera, la crisis económica también ocupó buena parte del debate, después de que fuera el propio moderador quien sacara el tema. Mientras Obama buscó vincular en todo momento a su contrincante y al frenazo económico con las fallidas políticas del actual presidente George W. Bush, McCain trató de distanciarse de su propio Partido.

"Lo primero que tenemos que hacer es controlar el gasto en Washington. Está completamente fuera de control", dijo el senador republicano, quien también arremetió contra Obama por ofrecer una rebaja de impuestos en momentos donde, según él, debe primar la austeridad económica.

Obama reitero su compromiso en ese sentido y se dibujó de nuevo como el defensor de la clase media, al afirmar que recortaría los impuestos a los que ganan menos de 250.000 dólares, el 95 por ciento de la población.