En una nota publicada el 16 de enero, el rotativo francés Le Fígaro explicó las causas de que el Airbus logró amerizar en el río Hudson de Nueva York sin víctimas mortales.
El amerizaje del Airbus A320 de la compañía aérea US Airway sin causar víctimas mortales se debe primero a la calma con que la tripulación manejaba y a las medidas apropiadas con que resolvía el accidente.
A partir del punto de vista estadístico de los desastres aéreos, el fallo simultáneo en los dos motores de un avión en navegación es inimaginable, con la probabilidad que apenas alcanza el millonésimo. Al suceder el fallo en el Airbus A320 que vuela a una altura de 1.000 metros, generalmente el avión puede avanzar planeado directamente de 15 a 20 kilómetros.
En aquel momento, era imposible volver al aeropuerto de partida. Los pilotos decidieron manejar el avión para que siguiera planeando a lo largo del río Hudson. A pesar del fallo en los dos motores al mismo tiempo, el dispositivo de control electrónico todavía funcionaba efectivamente, rectificando de manera automática el pilotaje.
El A320 no es un hidroplano ni un avión planeado capaz de amerizar. En estas circunstancias los pilotos no dejaron los motores tocar primero la superficie del río evitando exitosamente el viraje vertiginoso y la desintegración del avión. La reacción rápida de los pilotos permitió un amerizaje con una velocidad lo más baja posible y de la parte anterior a la posterior de la nave. Y el manejo se realizó en solo segundos evitando la posible colisión con los barcos que navegaban en el río. Esto dejó al avión flotar en el agua durante suficiente tiempo para que los viajeros salieran del avión por la puerta de emergencia. Y los tanques de combustible por debajo de las alas sirvieron de flotadores que ayudaban a tirar del avión accidentado a la costa.
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