Las escuetas declaraciones del presidente electo de EE.UU. se produjeron el mismo día que varios disparos de tanques hebreos provocaron la muerte de al menos 40 civiles en una escuela de la ONU llena de refugiados palestinos. El Tsahal (Ejército israelí) asegura que Hamas utilizaba el edificio para disparar morteros sobre sus tropas.
"La pérdida de vidas civiles en Gaza e Israel es una fuente de profunda preocupación para mí". Con estas breves declaraciones, Obama rompió su silencio entorno a la crisis en la Franja de Gaza, que ya se ha cobrado la vida de 640 personas y 2.800 heridos, la mayoría de ellos civiles, en once días de operación, según informaciones de la cadena árabe 'Al-Jazeera'. Hasta el momento, el presidente electo de EE.UU. había rechazado pronunciarse al margen de la Administración Bush, alegando que él sigue siendo el presidente y que en asuntos tan delicados como éste es preferible que haya una sola voz desde Washington.
En cualquier caso, Obama respondía así ante una de las jornadas más sangrientas dentro de la 'operación Plomo Fundido' del Tsahal en la Franja de Gaza. Varios disparos de tanques hebreos impactaron hoy contra una escuela de la ONU repleta de refugiados palestinos en la ciudad de Jabaliya, al Norte de la Franja, provocando al menos 40 muertos y docenas de heridos. El director de operaciones de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) John Ging, rebajó a 30 el número de fallecidos y explicó que en la escuela se refugiaban unas 350 personas, todos eran habitantes de la ciudad o del campo de refugiados cercano, según fuentes médicas.
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