Hace cinco décadas las columnas revolucionarias de Fidel Castro hicieron huir al dictador Fulgencio Batista, dando inicio a la revolución y al gobierno más largo del continente americano: el de Fidel Castro Ruz.
El jueves pasado el actual presidente y hermano del histórico líder Raúl Castro encabezó un mitin para recordar la efemérides en la ciudad de Santiago -a unos 900 kilómetros de la capital- el lugar en el cual Castro proclamó el triunfo el 1 de enero de 1959. Las caravanas de guerrilleros tardaron entonces una semana en llegar a La Habana.
Con pocos detalles sobre la agenda que desarrollaría el presidente panameño, Torrijos llegó a Cuba sabiendo que se entrevistaría con el actual presidente cubano, Raúl Castro, pero se programó para mañana lunes la inauguración de una estatua en honor a su padre, también amigo personal de los Castro, el general Omar Torrijos en una céntrica avenida de la capital. También mañana se espera un encuentro y conversación con su homólogo Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, sede del gobierno. En su visita anterior, a mediados de 2008, Torrijos pudo reunirse con ambos hermanos y es uno de los pocos que visitó personalmente a Fidel de 82 años, quien no aparece en público desde julio de 2006.
No se espera la firma de acuerdos entre los dos países que tienen fuertes intercambios en programas sociales como el de la Operación Milagro, un plan de Cuba y Venezuela que permitió realizar intervenciones quirúrgicas a decenas de miles de latinoamericanos, entre ellos centenares de panameños pobres con el objetivo de devolverles la vista. Torrijos agradeció a Cuba su solidaridad, y dijo que abrirá una suerte de maratón de presidentes latinoamericanos que llegarán a Cuba en este primer trimestre del 2009.
Para la semana venidera se espera el arribo del ecuatoriano Rafael Correa y unos días después lo hará la mandataria argentina Cristina Fernández. En febrero lo hará la chilena Michelle Bachelet y posteriormente el mexicano Felipe Calderón.
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