En un comunicado, el sindicato indica que el presidente regional, José María Barreda, ha olvidado decir que la "generosa donación" de su subida de sueldo a Cruz Roja hará que la Agencia Tributaria le devuelva una parte significativa de la misma, ni si continuará con ésta política durante los años siguientes y si se hará extensiva a los más de 160 altos cargos que se han visto igualmente beneficiados de forma extraordinaria.
Para CSI-CSIF lo único bueno de éste asunto es que, por fin, la Administración regional ha reconocido que los empleados públicos de Castilla-La Mancha están deshomologados con respecto a compañeros de otras comunidades autónomas y se ha comprometido a mejorar dicha situación.
Sin embargo, para CSI-CSIF, la homologación retributiva se ha iniciado al revés de cómo hubieran deseado todos los empleados públicos de la región "ha empezado por arriba y no por abajo, por unos pocos y no por la mayoría, por puestos coyunturales en vez de estructurales, para atraer a gente de fuera en vez de promocionar a los de dentro, por puestos de libre designación en vez de funcionarios de carrera y laborales fijos".
Justificar ésta actuación diciendo que los políticos tienen más trabajo y mayor dedicación que los miles de empleados públicos de la Junta resulta un comportamiento espurio, además de una grave injusticia.
"CSI-CSIF no admite que los altos cargos, elegidos a dedo por su afinidad política, tengan más consideración y más derecho a las subidas retributivas que profesionales de todos los ámbitos que han sido seleccionados en duros procesos públicos en competencia y bajo los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad" y por ello promoverá concentraciones de protesta y recogida de firmas.