En el mismo participaron tres equipos de artificieros, uno de Burgos y otros dos llegados de Valladolid como apoyo y pertenecientes a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, que contaron también con la ayuda de un helicóptero enviado desde Logroño, que rastrearon sin éxito la N-1, entre los kilómetros 250 y 251, y la autopista de peaje Burgos-Armiñón, entre los kilómetros 7 al 9.
De forma paralela, hubo que cortar ambas carreteras y establecer desvíos alternativos por la N-120 (Burgos-Logroño), la N-623 hacia Santander, la A-8 hacia Torrelavega y Bilbao...lo que no impidió que se registraran importantes retenciones, la mayor, de unos 4 kilómetros, entre Castañares y el denominado Nudo Landa.
Fue finalmente a las 18 horas cuando, tras las labores de inspección de la zona, se procedió a la reapertura de la N-1 y media hora más tarde se hizo lo propio con la AP-1.
La subdelegada, que se desplazó precisamente hasta Castañares para participar en el operativo, expresó su repulsa por la actuación de ETA que, según sus palabras, "tiene como único objetivo causar daño e incertidumbre entre los ciudadanos".