Las tres Escuelas de Negocios más importantes de España, IESE, Instituto de Empresa y ESADE están entre las quince mejores del mundo en todas las listas. Incluso alguna de ellas, como el IESE, va a crear un centro de investigación en Estados Unidos, cuando estábamos acostumbrados a todo lo contrario. Tenemos científicos en Estados Unidos, como Valentín Fuster, Joan Massagué y algunos más (antes también Barbacid), en el primer nivel de la investigación y la medicina. En el deporte, Rafael Nadal, Fernando Alonso, Gasol o Pedrosa, el Real Madrid y el Barcelona están en la élite. Hay actores como Banderas o Penélope Cruz, incluso Javier Bardem que encabezan repartos de lujo en la meca del cine. Los militares españoles encabezan misiones de paz en los lugares más conflictivos del mundo desde hace casi veinte años. Seguro que se me olvidan muchos. Y hay abogados de reconocido prestigio que están llevando sus despachos a China o la India, al margen de Europa o América. Y arquitectos de lujo. Y pintores. Y cocineros. Y creadores de tendencias... Seguro que alguno de ellos merecería estar entre los 100 personajes más influyentes del mundo, diga lo que diga Time.
Ahora, hagan ustedes un esfuerzo y díganme el nombre de un político español con prestigio y peso en el mundo. Y el nombre de un filósofo español al que sigan fuera de nuestras fronteras (bueno, y si quieren, también dentro de nuestras fronteras). Y el nombre de un teólogo reconocido. Y el de un científico. Y el de un catedrático de Universidad... Sin pensadores y sin políticos, sin filósofos y sin científicos es muy difícil construir un país que "pese" en el mundo, que sea reconocido y valorado, que influya. Eso, entre otras cosas, explica que tengamos cada día más poder y menos influencia en el mundo.