Además, las autoridades han ordenado el despliegue de miles de tropas en la frontera norte con Afganistán para intentar disuadir a militantes islámicos de que comiencen una guerra santa contra el Gobierno por el sangriento ataque a una mezquita radical.
El general Waheed Arshad, portavoz del Ejército, reconoció que el número de soldados fallecidos en el ataque podría aumentar ya que las tropas todavía están buscando uno de los cuatro vehículos que fueron atacados en la carretera.
Esta turbulenta región del país se conoce por el gran número de militantes locales y extranjeros que se encuentran en la zona, y ya ha sido escenario de otros violentos ataques y operaciones militares contra militantes talibán y de Al Qaeda.
El Gobierno de Pakistán ha enviado miles de tropas a otras zonas de la frontera noroeste para presionar a los militantes islámicos e impedir así actos de venganza por el sangriento ataque contra la Mezquita Roja de Islamabad.