Opinión

Sindicatos o el cáncer de los partidos

Ismael Álvarez de Toledo | Martes 09 de septiembre de 2014
Dicen las encuestas que IU se hunde, que Podemos le pisa los talones al PSOE, que los viejos convencionalismos caen como consecuencia de los efectos devastadores de la crisis económica, que nada es lo que era, y que llega la hora de un cambio profundo en la sociedad española.

La revolución política que se está produciendo en los partidos de izquierdas, donde los votantes huyen despavoridos, entre una sensación de odio, asco y vergüenza ajena, combinado con la corrupción de los sindicatos y el descrédito de la clase política, ha desembocado en una verdadera espiral que deja sin sentido las fórmulas ideológicas de la izquierda y apuesta por una solución drástica de la mano de Podemos.

Pero detrás del declive de los partidos más representativos de la izquierda en España, PSOE e Izquierda Unida IU, se encuentra la consecuencia directa de la pérdida de confianza de los votantes, que tiene mucho que ver, o un todo, con la corrupción instalada tanto en CCOO como en UGT. Desde que aparecieron las primeras denuncias contra sus dirigentes, a causa de los Rolex, de los viajes en crucero, de las enormes mariscadas y un eterno suma y sigue, hasta los recientes casos de corrupción y financiación ilegal a través de los cursos de formación y el escándalo de los ERES, todo ha sido un descenso en caída libre en cuanto a confianza por parte de los trabajadores.

Los sindicatos no son instituciones libres, son el instrumento de los partidos políticos para adoctrinar a los trabajadores en uno u otro sentido. Así sabemos que Comisiones Obreras pertenece a IU como la Unión General de Trabajadores al PSOE. Ambos sindicatos, que en otros tiempos fueron competencia, caminan de la mano desde que la reivindicación laboral dejó de tener sentido, como consecuencia de la política comunitaria, y sus dirigentes se dieron a la buena vida, pasando a formar una alianza bicéfala, con dos individuos que actúan al unísono como lo hacen los dúos musicales, las parejas de baile o conocidos personajes de la gran pantalla -no obstante se les conoce como Leoncio el León y su amigo Tristón-.
Lejos de la chanza, lo cierto y verdad, es que los sindicatos en España tienen la responsabilidad directa del descalabro electoral que se ha producido en comicios anteriores y la fuga de votantes hacia otras fuerzas que representen la verdadera causa que esgrimen los trabajadores. Es cierto que todos lo callan, que unos y otros; sindicatos y partidos, evitan pronunciarse para no echar más leña al fuego, pero es llamativo que desde que empezó la crisis no se haya producido una huelga general, que las reivindicaciones sindicales pierdan fuerza, que sus miembros no tengan amparo ideológico para salir a la calle a pedir lo que en justicia les corresponde.

El escenario que dibujan las encuestas es inquietante para la gobernabilidad del país, debido a la fragmentación del futuro Parlamento. El PP no estaría en condiciones de gobernar en solitario, pero la alternativa de una alianza de todos los partidos de izquierda es inverosímil a día de hoy.
Podemos sabe que el cáncer de la izquierda proviene de los sindicatos, y huye de cualquier planteamiento o noticia que les relacione con ellos, ni siquiera con IU, aunque no sea el enemigo a batir. Sin embargo, tiene la responsabilidad moral de aglutinar en su formación a todos aquellos desencantados de uno u otro lado, sobretodo, a los que se han sentido traicionados por el PSOE, por sus políticas de amparo a la banca y al capital, pero fundamentalmente, para todos aquellos que son y han sido víctimas de los sindicatos, en cuyas organizaciones habían depositado su confianza, traicionada en cientos de casos de corrupción.

Mientras los partidos de izquierda, sobretodo el PSOE, no de muestras de transparencia y se desmarque de UGT en lo que concierne a la corrupción, que le coloca como responsable directo en Andalucía, no podrá frenar la huida hacia Podemos de su electorado tradicional.
 
Malditos, aquellos que con sus palabras defienden a los trabajadores y con sus hechos los traicionan.
 
Ismael Álvarez de Toledo
Escritor y periodista
http://www.ismaelalvarezdetoledo.com

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