Rosario Paguillo, autora de 'María y su
mundo'
Por José Iglesias Blandón
José Iglesias Blandón | Lunes 04 de agosto de 2014
Qué privilegio: el Arte, subversivo
catalizador de emociones e intenciones, eficaz vehículo para la concienciación
social. Sobre esta premisa se erige María y su mundo (Chiado Editorial), primera
novela de Rosario Paguillo Cañestro, una mirada constructiva al autismo surgida
durante sus años como voluntaria en talleres de apoyo a pequeños y pequeñas con
necesidades especiales: "El motivo de escribir sobre este espectro fue
debido a la gran complejidad y falta de comprensión que rodea a este desorden
del desarrollo. El niño con autismo es tachado en innumerables ocasiones de
desobediente, inquieto, torpe, simplemente por no estar catalogado en un
determinado grupo social. Decidí mostrar al público su lado desconocido." Al
respecto, Andalucía
Crítica habla con la escritora sevillana sobre el binomio
realidad-ficción.
Que
la Literatura apueste por la introspección del lector me parece un objetivo
cultural suficiente y necesario hoy día...
Actualmente son cada vez más las
familias que ya llevan a sus hogares el hábito de la lectura como una práctica para
compartir. Esto en su gran medida está apoyado por los colegios, que ponen un amplio
interés en que nuestros niños españoles se interesen por el conocimiento y la
satisfacción que provoca tener una historia, ya sea de aventuras o de
detectives, entre sus manos. Me emociona ver un niño disfrutando de la lectura.
Es a través de ella la mejor forma de influirles positivamente para que vean y
constaten la realidad de la ficción. Tanto en el cine como en los libros, el
trabajo del espectador o lector consiste en entrar a ese mundo y poner en
funcionamiento su imaginación. Me retrotraigo a mis tardes frente al televisor,
con el bocadillo de Nocilla, siempre junto a mi cuento tridimensional de
cartón. El verdadero problema de libro está en los niños y jóvenes que no han
creado el hábito de la lectura y, por lo tanto, el pase hacia la creación, algo
que considero fundamental hoy.
Porque existen varios falsos mitos en
torno al autismo, ¿no?
Efectivamente. Quisiera tener todo el
tiempo del mundo para desmentir cada uno de ellos, pero, como solo tengo este
espacio, voy a detenerme en los que me parecen más injustos. En primer lugar, el
espectro autista es un trastorno, no una enfermedad. Este trastorno se
caracteriza por un déficit del desarrollo y afecta a la socialización, a la
comunicación, a la imaginación, evidenciado mediante conductas repetitivas o
inusuales. Otro mito para desmentir es aquel que tacha al niño autista como una
persona arisca, que se aparta de la gente o rehúye del cariño. María, la
protagonista de mi novela, sí es reacia a cualquier tipo de contacto físico,
pero con ello no quiero hacer creer al lector que esto se da por regla general,
pues también es bastante común que los niños con autismo busquen una caricia o
un abrazo en momentos determinados, cuando les apetezca, no al serles impuesto como
algo bueno o debido. Carecen de la capacidad para reconocer intenciones y quizá
por este motivo a veces puedan sentirse un poco desconfiados ante cualquier
gesto o amago de caricia por parte de alguna persona que no resulta cercana. A
su vez, es totalmente falso que un pequeño con autismo no dispone de capacidad
para comunicarse. Tiene dificultades, pero también maneras de expresar qué
desea en cada momento o de demostrar su disgusto ante algo mediante una
pataleta, un golpe o incluso una palabra, ya que no todo niño con este espectro
es incapaz de hablar. En la novela, hay una frase de María que detalla esto a
la perfección: "El pensamiento de las personas como yo nunca se tiene en
cuenta, y menos se considera como una forma de comunicación. Solo es tomado en
serio si aprendemos el lenguaje de las personas 'normales'."
Muchos
rumores sitúan también al niño con autismo como superdotado...
Es cierto que se conocen algunos casos donde
manifiestan ciertas habilidades curiosísimas como, por ejemplo, memorizar marcas
de coches, manipular objetos o jugar al ajedrez, en el caso de María. Muchas de
esas capacidades ni siquiera han sido enseñadas, sino aprendidas por ellos
mismos. Me gustaría detallar aquí que el ochenta por ciento de los niños con
autismo tiene algún retraso mental. Quiero decir con ello que estos niños
poseen unos conocimientos muy limitados de las cosas y por este motivo hay
quienes desarrollan esa capacidad extraordinaria sobre alguno de sus intereses.
¿Qué
va a encontrar el lector entre las páginas de María y su mundo?
Un agradable paseo por los sentidos y la
sensibilidad de María, una niña con autismo que presenta una forma muy especial
de mirar a su alrededor, plasmada con humildad a lo largo de unas hojas que
emocionarán a todo tipo de público. María está a punto de cumplir los diez años
y es una apasionada de los números y las letras. Le gusta ordenar cosas por
tamaños y colores. Pero odia que la toquen. Muestra una difícil adaptación
social: no se relaciona con las personas de su entorno, se aísla. Posee serios
problemas con las emociones. No tiene la capacidad de hablar, sin embargo
dispone de una forma propia de comunicación. A través de vivencias narra su día
a día con esa manera especial de ver el mundo. Esta es una novela cargada de
emoción y, a la vez, aventura; una historia que embarcará al lector en un
universo desconocido, pero tan sencillo como lo es la mente de María y de
millones de niños que padecen autismo.
¿Y
qué encontró usted, su propia autora?
Esta experiencia está resultando ser una
de las más bonitas y enriquecedoras de mi vida. Sin ir más lejos, me ha
permitido conocer personas realmente interesantes que, además, han prestado su
apoyo y ayuda para que mi novela pueda ser conocida poco a poco en otros
ámbitos. No sé dónde me llevará esto, pero tampoco me lo he planteado: disfruto
de las cosas tal y como vienen e intento aprovecharlas.
Aunque estamos ante una novela donde el
autismo supone un fuerte telón de fondo, alrededor se urde una importante trama
ficcional que conjuga elementos muy duros...
En el subtexto de toda la historia, y
ajeno al entendimiento de la pequeña María, se lleva a cabo una dura situación
familiar agravada por una trama de amor, odio y rencor. Su padre, un
prestigioso y guapo abogado, y su madre, una famosa diseñadora, toman parte
importante en la particular vida de la pequeña. No es fácil afrontar una situación
familiar cuando uno de sus miembros tiene ciertas necesidades y dificultades
que exigen una constante supervisión. Solo los padres de un niño con autismo saben
lo que es afrontar situaciones complicadas y comprometidas día a día. Algo tan
sencillo como pasear con tu hijo o hija por un simple supermercado, por un
centro comercial en Navidad, entre una multitud de gente, resulta tremendamente
agotador y casi imposible. Problema que termina por involucrar a abuelos,
hermanos, provocando, en muchas ocasiones, la propia desestructuración
familiar. En mi novela, el secuestro de María a cambio de una millonaria
recompensa hará que los padres recapaciten sobre valores e importancias.
Todo
narrado por una niña autista de diez años. Un ejercicio arriesgado, aquí, esa
primera persona...
Uso ese punto de vista narrativo porque
para mí es de suma importancia que los lectores se pongan en la misma situación
que María. Esa mirada especial, inocente y única capaz de hacernos ver el mundo
sin decir una sola palabra. Me gusta referir algo que dice el dramaturgo Sanchis
Sinisterra: "Creo, además, que el trabajo del artista es el de hacer
dudar, de sacar las certidumbres, de crear la desazón y la incomodidad en el
tejido social que siempre tiende al conformismo y a la autogratificación."
Con mi novela no intento enseñar ni moralizar. No intento difundir compasión,
porque no hay motivo para ello. Intento activar la conciencia, el pensamiento y
la duda del lector sobre este trastorno todavía bastante ignorado; evitar que
las personas sientan pena o excluyan por desconocimiento. Yo siempre pienso que
si se duda, hay que preguntar antes de juzgar. Simplemente pretendo que el lector
saque su propia conclusión igual que lo hice yo al tratar con niños con este
trastorno y observar su ternura, calidez y sencillez.
María y su mundo
ha impactado de manera especialmente sensible en algunos sectores sociales
rendidos ante este trastorno infantil...
Reconozco que ha sido muy numerosa la
afable acogida de María y su mundo por parte de familias
con niños que padecen autismo y síndrome de Asperger, así como de personas que
se han sentido involucradas de algún modo en este tema. Tan solo seis meses en
el mercado y esta novela ya iba por su segunda edición. Son muchas las
anécdotas, pero una de las más entrañables fue encontrarme en una de mis
presentaciones con un chico Asperger de mi edad que terminó mi misma carrera
universitaria con unas notas brillantes, quien me dio la enhorabuena por cómo
he reflejado la soledad y el rechazo social que muchas veces padecen. Otra de
las anécdotas más curiosas la protagonizó Laura, una niña de doce años con
autismo que conocí en un colegio mientras escribía esta novela. El primer día
no habló, solo se limitaba a mirarme de refilón, como preguntándose ¿qué hace
esta persona aquí observándome tanto y tomando notas? Laura caminaba a mi
alrededor con sus movimientos estereotipados, pasando el dedo índice por todos
los quicios de las ventanas. Al día siguiente, en varias ocasiones, pasó cerca
de mí intentando ojear, pensé yo, mis anotaciones en la libreta. Dibujé un
águila con las alas extendidas y esperé paciente a que volviera a acercarse. Lo
hizo, y se detuvo. Luego entornó los ojos comprobando mi cuaderno. Yo le sonreí
y formulé una pregunta, al azar, como cualquiera otra: ¿Te gusta, Laura? Sí,
señorita Escarlata, contestó ella inmediatamente haciendo una reverencia... Tenía
una manera demasiado especial de comunicarse. Con el paso de los años, había
tomado por costumbre contestar únicamente mediante frases de películas. Cada
respuesta para cada situación iba asociada a una frase cinematográfica, algo complejo.
¿Hacia
dónde se encamina su escritura en estos momentos?
Uno de mis últimos trabajos ha consistido
en la aportación del relato "La Ciudad prestada" para la antología
Voces ajenas, de Padilla Editores, coordinada por el escritor de la editorial
Planeta José Carlos Carmona. He resultado finalista del I Concurso de Narrativa
ArtGerust, en homenaje a Julio Cortázar, con "Instrucciones para ser
feliz", publicado también en una antología de relatos, y del certamen
Deseos, de la editorial Letrasconarte, con "Yo en mí misma". Este
septiembre verá la luz mi nueva novela, encuadrada dentro del género literario
romántico-erótico. Constará de dos entregas y emocionará con un argumento lleno
de intriga, humor y escenas subidas de tono. Actualmente pertenezco a una Orden
Literaria de escritores, Américo Vespuccio, y, como me considero una mente inquieta,
confieso que también comienzo a hacer mis primeros pinitos en el teatro dirigiendo
algunas obras para el grupo teatral Berona, fundado para la difusión cultural
del pueblo de Brenes (Sevilla).
Más
información en: www.mariaysumundo2013.blogspot.com.es
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