Pascual Hernández del Moral. | Martes 28 de enero de 2014
Es prácticamente
imposible, amigo Venancio, que los puercos miren al cielo: siempre miran al
suelo, donde hocican sin descanso. Sólo con muchos esfuerzos, y entre grandes
chillidos, los matarifes consiguen ponerlos boca arriba, claro, por San Martín.
No sé, querido
Venancio por qué se me ha ocurrido comenzar con esa reflexión, si de lo que hoy
quería que habláramos es de la impresión que, según hemos platicado varias
veces, da el partido de Rajoy, que parece que se nos va por el desaguadero. ¡Pucha
con el Arriola, ese, el marido de la sin par Celia Villalobos, y los demás arriolas
del Sancta Sanctórum! Porque si pasamos revista a las noticias que se van
difundiendo en los últimos días, el negocio no va bien, aunque los números (los
"macro" le dicen) mejoran: la bolsa sube, la prima baja, la IED aumenta... ¡Pero
vaya usted a saber!
Por la derecha, o por
el centro derecha le ha salido a Rajoy una gotera: VOX, a donde se ha ido
alguna gente que no está muy conforme que digamos, compañero Venancio, con cómo
se está llevando el asunto de la ETA, el ascenso de los aberzales, que ya están
tocando pelo, y la salida de la cárcel de los asesinos. Por eso, se ha marchado
Alejo Vidal-Quadras, y a lo mejor, tras la negativa a participar en las
elecciones europeas, esté pensando lo mismo, diga Rajoy lo que diga, Mayor
Oreja. No sé por qué se me ha venido a la cabeza aquello de las ratas y el
barco...
En COVITE están a la
greña entre ellos, y de la familia de Gregorio Ordoñez ni hablemos; ¿tan
difícil era ponerse de acuerdo para conmemorar el asesinato del concejal? Pues
no ha podido ser, ea. Y cada uno ha ido por su lado. ¡Vaya espectáculo!
Los ministros están
que lo bordan. A ver cuánto y cuándo aplicará Wert su necesaria reforma
educativa. Y Montoro nos deja respirar a los que tenemos una nómina o una
pensioncita. Ni ellos tienen claro qué hacer con la ley del aborto de
Gallardón, que enfrenta a unos con otros, aunque aún no se haya hecho mucha
sangre.
Y los otros
ministros-estrella ¿qué hacen? Pues mira, camarada Venancio: Montoro, tras unas
loas inopinadas a Cataluña, que parece que se le deba a ella el inicio de la
recuperación, cabrea a todo el empresariado catalán gratuitamente; Margallo
tacha a los soberanismos de inmorales, excluyentes e insolidarios; y hoy, de
Guindos manda a tomar por culo, así, literalmente, a una periodista que le
incordiaba antes de entrar en la reunión del Eurogrupo. ¡Que tropa, joder, qué
tropa! que decía Romanones.
En la Comunidad de
Madrid las cosas también se enturbian: los jueces han desestimado el recurso (o
lo que fuera) que la Comunidad presentó para desatascar la privatización de los
hospitales públicos. La resolución ha provocado que Ignacio González se echara
atrás, y le ha costado la dimisión a Fernández-Lasquetty: parece que ha ganado
Tomas Gómez, el del tranvía de Parla.
El Supremo reclama a
Cataluña el cumplimiento de las sentencias que la obligan, por enésima vez, a
usar el castellano como lengua vehicular. Pues seguro estoy, compañero
Venancio, que el gobierno de Mas se lo pasará otra vez por el arco del triunfo.
Y si alguien del gobierno lo intenta obligar, nos amenazará, una vez más, con
el choque de trenes, y seguro que Rajoy mirará para otro lado.
Mal vamos, amigo mío.
Parece que el gobierno, obcecado con la recuperación económica, ha perdido el
norte y la guía en todo lo demás. Parece que ha perdido la sensibilidad de la
calle, y se aleja muchísimo de las inquietudes de su masa electoral, esa clase
media que se empobrece cada día más; además, y eso es lo importante, la gente ha
perdido la ilusión que depositó en un partido, y ha dilapidado la confianza de
los muchos millones de personas que lo votaron hace dos años.
¿Por qué comencé este
escrito, querido Venancio, pensando en la imposibilidad de que los cerdos miren
al cielo? ¡Dios mío, qué pena!
TEMAS RELACIONADOS: